18 marzo, 2008

Saint-Exupéry fue derribado

Una de las últimas fotos de Saint-Exupéry junto a su "Lightning 38"
Fuente: LaRepública


Todo parece demostrar que la muerte de Antoine Saint-Exupéry ha quedado revelada. El que hizo acaso un vaticinio de su desaparición con El principito, fue aparentemente derribado por un piloto nazi. El cual se arrepiente pues confiesa haber leído sus obras y sobre todo deberle a Saint-Exupéry el amor a la vocación de volar. En breve, se publicará el libro Saint-Exupéry, último secreto, del cual se publicaron extractos en la revista "Le Figaro" la semana pasada. Lo más estruendoso de la información fue cuando se cita a Rippert, piloto nazi, diciendo: "Soy yo, yo derribé a Saint-Exupéry".
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Dice la nota :PARÍS [EL COMERCIO / AGENCIAS]. Por más de medio siglo el destino final del escritor francés Antoine de Saint-Exupéry fue un completo misterio. Ahora, gracias a la pronta publicación de un libro que narra la historia de un ex piloto de la fuerza aérea nazi, el misterio podría ser desvelado.
Horst Rippert declaró en un libro que él podría haber matado al autor de "El principito" el 31 de julio de 1944 durante su última misión de guerra, cuando el Lockheed Lightning P-38 que piloteaba --y que se dirigía hacia Grenoble-- cayó cerca de Marsella durante un vuelo de reconocimiento. Su cuerpo nunca fue encontrado.
Extractos de "Saint-Exupéry, último secreto", escrito por Jacques Pradel y Luc Vanrell, se publicaron en la revista "Le Figaro" el fin de semana pasado y la información citó a Rippert que dice: "Soy yo, yo derribé a Saint-Exupéry".
A los 87 años, Rippert relató cómo el autor se cruzó en su camino al final de la Segunda Guerra Mundial, en el suroeste de Francia. Lo derribó disparándole sobre las alas y vio el avión hundirse en el mar sin que el piloto se eyectara.
Sin embargo, el ex piloto de la Luftwaffe nazi, que entonces tenía 24 años, también dijo que no podía confirmar con certeza la identidad del piloto francés, pero esperaba que no fuera él, ya que era un gran aficionado a sus trabajos. "En nuestra juventud todos lo habíamos leído, adorábamos sus libros. Él sabía describir admirablemente el cielo, los pensamientos y los sentimientos de los pilotos. Su obra produjo la vocación de volar en muchos de nosotros. Yo amaba el personaje ('El principito'). Si lo hubiera sabido jamás habría tirado. Nunca sobre él", admite Rippert, que es un ex periodista deportivo retirado que actualmente vive en Alemania.
Saint-Exupéry fue un piloto pionero en esa época. Tras la ocupación de Francia por los nazis en 1940, se trasladó a Nueva York, pero después regresó para unirse a la fuerza aérea francesa.
La primera luz para desvelar el misterio surgió en 1998, cuando un pescador marsellés encontró entre sus redes una pulsera que pertenecía al aviador, pero los investigadores desvirtuaron el hallazgo porque suponían que Saint-Exupéry había seguido una ruta que no estaba en su plan de vuelo.
Años después, Vanrell, que también es buzo profesional, identificó la carcasa del avión de Saint-Exupéry sumergido a más de 80 metros de profundidad en el mar Mediterráneo, cerca de la isla Riou, y comprobó así las sospechas de que el escritor se desvió hacia la costa de Marsella. Desde entonces, varios investigadores iniciaron una frenética búsqueda en los archivos de los ejércitos estadounidense y alemán y comprobaron que el P38 fue abatido en ese lugar donde nadie lo había buscado jamás. Así desterraron las hipótesis que afirmaban que Sain-Exupéry podría haberse suicidado o sufrido una colisión aérea. Versión alimentada por el hallazgo de un motor alemán junto al P38.
Actualmente, los restos del avión del famoso escritor se encuentran en el Museo del Aire y del Espacio de Bourget.
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