24 marzo, 2008

Bombardero de César Gutiérrez

Hoy el Diario La República publica la entrevista realizada al joven escritor César Gutiérrez. A proposito de su libro Bombardero. La nota explica: "Su artefacto literario recrea la violencia tras los hechos de las torres gemelas de Nueva York." Por otra parte, Enrique Sánchez Hernani, en El Dominical, escribió al respecto de dicho libro: "Con absoluta seguridad Bombardero, el megatexto de César Gutiérrez, es el experimento narrativo posvanguardia más ambicioso de los últimos cincuenta años." Tendremos que revisar el libro, para dar fe de éstas afirmaciones. Mientras tanto, los dejo con la entrevista:

Dice la nota: A César Gutiérrez, como buen poeta, naturalmente le sobrevuelan ideas. Pero parece que también, desde el 11 de setiembre del 2001, derribamiento de las torres gemelas, le sobrevuelan aviones. Gutiérrez ha echado a volar un libro extraño, una suerte de novela o como él dice, "un artefacto" literario. El libro se titula Bombardero y él reúne los sueños más celestes y la realidad más negra de nuestro tiempo. Un libro extraño que es todo un juego formal que incluye tipografía, dibujos, fotografías, canciones, etc. Un texto cuya prosa a veces fluye lenta, tierna, y otras veces, rápida, violenta, como ocurren las cosas en la vida. Un libro narrativo claveteado de incisiones poéticas. Un libro raro, negro, que ilumina desde adentro.
Pero Bombardero va más allá de la anécdota del 11 de setiembre. En un horizonte de horror, cuenta también una historia de amor con Rachel, la amada
−¿Intentas recrear la violencia que vivimos en nuestro tiempo?
−Digamos que el pretexto fue el 11 de setiembre, pretexto para elaborar una historia de amor y de guerra que es, desde mi punto de vista, sobre todo de guerra. Sí, de guerra porque es de lo único que podemos hablar ahora, por lo menos yo. Vivimos en una de las épocas más aterradoras de la historia de la humanidad, gobernados básicamente por sicarios, y supongo que la tarea del arte es capturar ese momento histórico. Como ves, va más allá de la anécdota del 11 de setiembre.
−¿El ensamblaje de tu lenguaje ha querido volar también la escritura tradicional?
−Supongo que sí. Supongo que esa es una tarea permanente. Yo había escrito un vómito negro de 2000 páginas y para escribir viajé a Nueva York, quise que el lenguaje tenga la tensión de la ciudad, el ruido, los diálogos. Siempre estuve grabando conversaciones.
−Escribes "Dios es una máquina". ¿Se acabó la pureza, el amor, la fe, la felicidad?
−Se acabó eso hace mucho tiempo, ¿no? Hace mucho tiempo que Dios ha muerto. Mira, este libro tiene influencia de la electrónica y por eso también es un libro contra las patrias, contra las deidades, es agresivamente ácrata porque así soy yo. No creo en muchas cosas y supongo que mi condición de apátrida me viene de mi onda rockera, punk y que se muestra en mi escritura.

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