28 julio, 2011

"El abogado del circo"

AQUÍ les dejo un cuento que escribí bajo un fervor creativo que hacía tiempo no sentía. Se titula "El abogado del circo". Puede una persona nacer condenado a vivir o hacer solo una cosa en su vida. No tener escapatoria desde su propio nacimiento.
Cerca de tres horas me tomó transcribirlo de mi mente al papel. Mientras cuidaba que mis alumnos dieran sus exámenes bimestrales. Supongo que en los cursos que fueron evaluados, el martes pasado, resultaron aprobados.
Pronto llevará otra ilustración. Aún la espero.

23 julio, 2011

La FIL- Lima

Dicen que esta es la Feria de las primeras veces, y parece que si uno se pone a hacer cuentas, así será. Si hasta el lema de esta 16° edición de la Feria del Libro de Lima que se inauguró ayer, “Las palabras cuentan”, remite a las matemáticas: por primera vez estará alojada en un espacio circular de 12 mil metros cuadrados; por primera vez habrá 23 países representados –la Argentina, por vez primera, con stand propio, justito pegado al lugar privilegiado que le tocó a Venezuela, el país invitado de honor de este año–; será la primera vez que dos presidentes latinoamericanos visiten la Feria: el mandatario ecuatoriano Rafael Correa, que vendrá a presentar libro propio, y Cristina Fernández de Kirchner, quien posiblemente se dé una vuelta si se arrima hasta la asunción de Ollanta Humala, acompañada por un grupo de empresarios editoriales.

Pero como toda primera vez, hay algo que no sale como sugieren el deseo o la fantasía. El flamante Premio Nobel de Literatura que tiene el Perú no estará aquí para inaugurar la Feria, como sí estuvo en la de Buenos Aires, en abril. En los pasillos decían que ya está, que andaban medio empalagados de tanto Nobel, que Vargas Llosa cumplió con creces su cuota peruana. Sin embargo, ahí está, en la Zona de Entretenimiento, protagonizando un juego que se llama “Concéntrate con Mario Vargas Llosa” y que consiste en un gigantesco panel de bloques móviles igualito a los de programas de juegos televisivos.

Pero ayer la inauguración tuvo, como es de rigor, apurones y discursos. Los discursos tuvieron el tono acostumbrado, con promesas de fomento a lectura y a la alfabetización de parte de las autoridades locales y de los representantes chavistas (recuerden: Venezuela es el país invitado y el presidente Chávez es un gran lector, según se encargó de recordar Christian Valles, presidenta del Centro Nacional del Libro de Venezuela).

Más allá de la presencia, durante las dos semanas que dura la Feria, de escritores como el chileno Jorge Edwards, la mexicana Margo Glantz o el colombiano Juan Gabriel Vázquez, por citar a los más taquilleros, la representación argentina no será menor. Cuenta con un stand propio en el que se destacan Ernesto Sabato, Jorge Luis Borges, Roberto Arlt, Julio Cortázar, Juan Gelman y Silvina Ocampo. Pero sólo en las gigantografías. Los ejemplares de muestra que enviaron la Cámara Argentina del Libro y la Cancillería están lejos de ser lo más representativo de nuestra narrativa. Hay un Diccionario de Latín Jurídico, otro Marítimo, mucho libro de educación y pedagogía, y hasta algo de gastronomía. Pero literatura, poco y nada, más allá de algunos títulos infantiles.

Como contrapartida, invitados por la Cámara Peruana del Libro vendrán Marcelo Birmajer, Sergio Langer, Washington Cucurto, Luis Corbacho (toda una celebridad aquí desde las épocas en que fue pareja de Jaime Bayly), Pablo Bernasconi, Daniel Freidenberg y Miguel Vitagliano. La cámara también organizó un homenaje a Tomás Eloy Martínez y otro a Carlos Trillo . Por estas latitudes la historieta tiene muchos seguidores, como se ve apenas ingresar al predio, tapizado por stands dedicados al género y donde, oh sorpresa, no lo acaparan todo los grandes grupos editoriales multinacionales.

Fuente: Revista Ñ

06 julio, 2011

Cuenta 140

Por casualidad me topé, en uno de los blogs de El cultural.es, con este divertido, ingenioso y exigente concurso semanal: Cuenta 140 es un desafío semanal conducido por el escritor Montero Glez donde se celebrará la maña para contar una historia en 140 caracteres. Lo contado ha de estar en relación con el tema dispuesto en esta misma página. Habrá laurel, pero también habrá cicuta. No se admitirán sobornos y el premio se declarará desierto tantas veces como sea necesario.

El tema de esta semana es LAS GAFAS DE SOL.

Los microrrelatos que se presenten no tienen que tener título. Tampoco tiene por qué aparecer la palabra o palabras del tema, en este caso "Las gafas de sol". El microrrelato ha de tener relación con el tema.

Para participar lo único que tienes que hacer es escribir tu mail, tu nombre y un microrrelato que no supere los 140 caracteres con espacios en el apartado Comentar ahora, antes del próximo jueves 7 de julio a las 23:59.

El ganador de esta semana será premiado con el libro Contigo aprendí (Planeta),, de la escritora y periodista Silvia Grijalba, una obra muy alejada de sus registros habituales (el underground y la contracultura), que le ha valido el Premio de Novela Fernando Lara 2011.

04 julio, 2011

Franz Kafka:"Mis dibujos no son imágenes, sino una escritura privada"

Si como escritor Kafka fue casi oculto, como dibujante lo fue aun más. Decía que "no son dibujos para mostrar a nadie. Tan sólo son jeroglíficos muy personales y, por tanto, ilegibles" a ese atado de dibujos que aparece en un post de Winston Manrique en “Papeles perdidos”. Dibujos dispersos, algunos más o menos conocidos, pero que nunca habían sido reunidos y vistos uno tras otro, hasta ahora que se publica el libro Franz Kafka. Dibujos, editado en España por Sexto Piso, lo cual permite una apreciación más completa de uno de los autores fundamentales del siglo XX.
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El conjunto ilumina aún más el universo del gran autor checo. Más misterio, más enigma, más arte. Una especie de retrospectiva artística de 40 ilustraciones del creador de obras como La metamorfosis y El proceso, uno de cuyos fragmentos encaja en el siguiente dibujo titulado Dos que esperan:

(Puedes ver aquí una fotogalería de algunos de los dibujos de Kafka)

Hemingway, a 50 años

Hoy en Revista Ñ, Carlos Gamerro recuerda a Ernest Hemingway a 50 años de su suicidio ( el 2 de julio de 1961). El genial narrador estadounidense que marcó a generaciones de escritores y que planteó su teoría del iceberg en la narración, es hoy más leído por sus cuentos que por sus novelas. Fue uno de los principales novelistas y cuentistas del siglo XX. Ganó el Premio Pulitzer por "El viejo y el mar" y el Premio Nobel de Literatura. Dice la nota:
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¿Cuál es, hoy, a cincuenta años de su voluntaria muerte, el legado de Ernest Hemingway? Aunque fue contemporáneo de Joyce, Proust, Faulkner y Virginia Woolf, lo suyo no era el monólogo interior, ni la exploración de los mas sutiles vericuetos de la conciencia; tampoco la presentación directa de las emociones: las escenas y los diálogos de amor de Adiós a las armas , por ejemplo, han dado calambres de estómago a mas de uno. Lo suyo (y más suyo que de ningún otro) fue el mundo exterior, y sobre todo, la devoción a los actos minuciosos que ejecutamos diariamente. La vida interior y las emociones las presentaba mejor indirectamente, mediante lo que T. S. Eliot, otro contemporáneo, llamaba el correlato objetivo (una acción o un objeto que permite al lector sentir la emoción, sin nombrarla). Ejemplar en este sentido es su cuento “El río de dos corazones” en el cual un hombre solo pesca truchas a lo largo de un río. Su pensamiento apenas se escapa de las tareas que ejecuta: pero poco a poco comprendemos que este es un hombre quebrado, que está en ese lugar donde solía pescar para probarse que la guerra no lo ha devastado por completo (como los bosques quemados que atraviesa), que el pavor que lo acomete en el punto en que el río se ensancha evoca terrores que ni él mismo, ni mucho menos el cuento, podrían poner en palabras. Hemingway fue, famosamente, practicante de una modalidad de la elipsis que él mismo bautizaría “teoría del iceberg”, que proponía que el texto del cuento era, apenas, la punta visible de una enorme masa sumergida: en este cuento, el iceberg esta casi todo debajo de la superficie. (Años después, Haroldo Conti escribiría una novela parecida: Sudeste ).

“El río de dos corazones” pertenece a la serie de cuentos de Nick Adams, personaje que comparte muchos rasgos de Hemingway mismo. Los cuentos de Nick están dispersos en diversos volúmenes, porque Hemingway los fue escribiendo a lo largo su vida (Salinger, gran admirador de Hemingway, haría con su Seymour Glass algo muy parecido). Ernest y Nick crecen juntos: en el primero de la serie, “Campamento indio” lo conocemos de cinco años, junto a su padre, siendo testigo de los parejos milagros del nacimiento y de la muerte; en el último, “Un día de espera” Nick es padre, y es su hijo el que se enfrenta a lo que, cree, es su muerte inevitable. En el medio, los amores juveniles, la errancia y las amistades del camino, la experiencia traumática de la guerra. Y un cuento fundamental, que hace posible la literatura policial estadounidense: “Los asesinos” (“La espera” de Borges bien podría ser una reescritura de este cuento). Junto con otros cuentos inolvidables y perfectos como “Las nieves del Kilimanjaro”, “La corta vida feliz de Francis Macomber”, “Colinas como blancos elefantes”, “Un lugar limpio y bien iluminado”, son su legado más durable.

Como muchos antes y después de él, Hemingway se hizo famoso por sus novelas pero quedará en el presente vivo de la literatura por sus cuentos. Sus novelas enseñan a vivir, llenan a sus lectores de furor imitativo: queremos desesperadamente tomar mojitos en la Bodeguita del Medio, correr los toros en Pamplona, cazar búfalos en Africa o morir ametralladora en mano en la Guerra civil española. Algunas de estas opciones son inalcanzables; otras lo serán pronto: los tiempos del mundo son mucho más cortos que los de la literatura. El mundo, de todos modos, se empecina en parecerse a las novelas de Hemingway: en París, es un must ir a tomarse un calvados en el Bar Hemingway y los safari-tours africanos prometen “la auténtica experiencia Hemingway”.

De Por quién doblan las campanas queda una de las escenas más memorables de la literatura: aquella en la cual los republicanos toman el pueblo y ejecutan a los fascistas, sometiéndolos a una manteada sangrienta que culmina en un salto al vacío. Cada uno de los fascistas es cuidadosamente individualizado por Pilar, la narradora (es una guerra civil: víctimas y victimarios son todos del mismo pueblo) para luego ser definido por lo que para Hemingway y los estoicos era la prueba decisiva de la entereza de un hombre (género masculino, se entiende): la actitud con que enfrenta a la muerte. En esta escena la ecuanimidad moral del autor va de la mano con la astucia estética: Hemingway, republicano por sus ideas y por el compromiso de su acción, decide pintar el espanto de la guerra civil mostrando las atrocidades cometidas por los de su lado. Luego, para dar cuenta de las cometidas por el lado contrario, le basta con una oración de su Pilar: “fue el peor día de mi vida hasta ese otro […] cuando los fascistas tomaron el pueblo”.

Algunos escritores localizan la escritura en el alma; otros en cerebro; algunos en el corazón, otros en las tripas o los testículos. Hemingway descubrió que el lugar de su escritura estaba en los músculos. Por eso, su manera favorita de referirse a la escritura desmañada o débil era con palabras como blanda, grasosa, floja. Cuando sintió que su cuerpo y su escritura se habían vuelto fofos sin remedio, se voló la tapa de los sesos.
Actualización [06-07-11]:
Javier Reverte, hace unos días, también se sumó a la evocación por los 50 años del suicidio de Hemingway en su texto Nunca derrotado

Por su parte, el escritor cubano Leonardo Padura autor de 'Adiós, Hemingway', se ocupa de los misteriosos azares de una muerte a la que no habría sido ajena el FBI en Los misterios del escritor