30 noviembre, 2008

Edgardo Rivera Martínez entrevistado


En el mismo diario, aparece una entrevista a Edgardo Rivera Martínez a propósito de su nueva novela Diario de Santa María (Alfaguara), que se presentará en la 29ª Feria del Libro Ricardo Palma el martes 9 de diciembre a las 8.30 pm. Aquí un extracto de la entrevista. Despertar del deseo

¿Cómo llegó a la idea de "Diario de Santa María"?
No recuerdo cómo llegué a la idea central, pero no es un argumento sobre tiempos lejanos. Tiene que ver con el diálogo intercultural, con el erotismo en esa edad cuando las jovencitas pasan de la adolescencia a la juventud, pues la novela transcurre en un internado de monjas, que se inspira en uno que hubo a comienzos del siglo pasado, pero este es totalmente imaginado.

¿Fue difícil escribir teniendo como voz protagónica a una mujer?
La verdad que no, pero por supuesto tuve en cuenta que quien se expresa en el diario es una voz femenina, una adolescente que entra a la juventud. Supongo que fue una cosa de imaginación, de mi experiencia y trato con mujeres de todas las edades a lo largo de mi vida. Logré todo esto en medio de un clima poético, lírico si se quiere, como pasa en toda mi producción narrativa.

¿Usted es creyente?
Soy agnóstico.

¿En qué han cambiado sus hábitos como escritor en la actualidad?
Mira, mi primera novela, "País de Jauja", la escribí en dos años, en época del terrorismo, entre el 91 y el 93, estrenando una computadora. Y es una novela con un final feliz que a mí me alegró el ánimo. La segunda novela también y aunque en algunos de mis cuentos pueden resultar elegíacos o melancólicos, en mis novelas prima más bien una actitud positiva ante la vida.

¿Cómo hace, escribe todos los días, toma notas?
Yo no trabajo a partir de un plano. Yo comienzo a partir de unas ideas que he imaginado y poco a poco eso se plasma en una escritura. Luego la someto a correcciones, ligeros cambios de rumbo, hasta llegar al final.

¿Tiene manías de escritor?
La verdad que no, depende de mis otras preocupaciones. Por lo general escribo en las tardes, hasta las 7 de la noche. En la época de la máquina de escribir me era bastante difícil culminar un proyecto porque corregir, rehacer una página, era muy trabajoso. La computadora ahora me facilita ese trabajo.
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¿A quiénes relee?
A Marcel Proust, al Quijote. Entre los peruanos vuelvo siempre a Vallejo, con el cual tengo una gran identificación, Eguren en menor medida. Y releo a autores que son distantes a lo que hago, como Ricardo Palma, constatando cuánto del lenguaje que este autor usaba ha desaparecido.

Volviendo la vista hacia sus raíces andinas, ¿con quién se queda: con Arguedas o con Alegría?
Creo que con los dos, aunque un poco más con Arguedas. Pero cada uno de ellos, con su visión, tuvo su momento, aunque Arguedas estaba más compenetrado con el mundo andino.

¿De qué tratan las novelas que viene escribiendo?
Tengo dos novelas, aunque trabajo más en una que en otra. Ambas son muy diferentes. El título provisional de una es "A la luz del amanecer", y de la otra es "Casa de cristal". No podría decir más.

"Ave Soul" renace

Jorge Pimentel (1944)

Luego de lo que el mismo ha llamado un proceso de "arqueología", el poeta fundamental del grupo Hora Zero, Jorge Pimentel , ve reeditado su poemario "Ave Soul". Y no es para menos, pues "treinta y cinco años después, la editorial Doble Príncipe rescata aquella edición perdida y la enriquece en una magnífica edición que añade tres poemas inéditos, manuscritos, fotografías, así como el prólogo y correspondencia del escritor chileno Roberto Bolaño, uno de los lectores más entusiastas del segundo libro escrito por Pimentel a los 29 años". El Comercio le hizo una entrevista al vate horazeriano, donde habló de la poesía, de "Ave Soul", de su amistad con Bolaño y de cómo produce un poemario. Aquí colgamos un extracto. La resurrección de "Ave Soul":

¿Cómo llegar a la madurez escribiendo poemas sin terminar vendiendo rifles en Etiopía como su querido Rimbaud?
Yo he tenido dos nacimientos; el primero es el normal, registrado en mi partida de bautismo. El segundo, fue al escribir "Palabras urgentes", el manifiesto de Hora Zero, al fundar el movimiento con Juan Ramírez Ruiz y todos los poetas horazerianos. Esa fue mi verdadera carta de identidad. Allí supe qué es lo que tenía que hacer: escribir poesía, tratar de escribir grandes libros. Ese es el horizonte que me propuse. Cuando conocí a mi banda de compañeros poetas, muchachos que venían de Chimbote, Trujillo, Chiclayo, barrios de Lima o de la selva, comencé a entender el Perú. Cada uno venía con sus historias, su manera de ser, sus lenguajes, su esencia.

¿Cómo haces para que sobreviva hasta hoy ese entusiasmo por la poesía?
No es fácil. Nos han negado mucho. En las universidades hay profesores que han hablado pestes de Hora Zero. Para algunos catedráticos, la poesía peruana llega solo hasta los años 60. Lo sé de primera mano. Creo que mantener el entusiasmo tiene que ver con creer en uno mismo, y en las posibilidades de la poesía y del lenguaje. Y no temerle a nada. Nosotros mismos nos hemos autoabastecido de cariño, pues tenemos miles de amigos. ¿En qué radica que treinta y cinco años después sigamos juntos en Hora Zero? Quizás porque en el grupo no hay líderes que impusieran un solo patrón de poesía. Eso es lo peor que puede pasarle a un grupo de poetas. Lo principal que nos ha sucedido fue la escritura de excelentes poemas. Esa es nuestra principal preocupación. ¿Qué puede preocuparme del Perú, del mundo, de las grandes crisis económicas? A mí solo me preocupa escribir un gran poema.

En el prólogo de la reedición de "Ave Soul", el escritor Roberto Bolaño comenta su sorpresa por cómo ese poemario no ha envejecido un ápice. Es curioso, porque en el libro encontramos las palabras que abundan en textos que sí han envejecido, poemas propios de la efervescencia de los poetas de izquierda en los setenta...
Nosotros no hemos militado en partidos de izquierda. Nuestra militancia ha sido horazeriana. Pero sí hubo otros poetas que militaron. Yo creo que eso fue un error. El poeta milita en la poesía, no puedes hacerle caso a un líder político a la hora de escribir. Además, creo que gracias a los políticos el país ha permanecido igual. Desde Odría hasta hoy, todos los líderes han fracasado para dirigir este país. Los únicos que no han fracasado son los poetas, los escritores, los artistas. Ellos sí han hecho avanzar al país. Las dramáticas historias de este país tampoco han cambiado, siguen allí.

Treinta y cinco años después, ¿se sigue reconociendo en las páginas de "Ave Soul"?
¡Lo último que hubiera querido es publicar este libro! (ríe). Al publicarlos por primera vez, los libros viajan. Y este libro ha regresado lleno de amigos, de cariño. Francamente, yo no tengo mucho cariño por mis libros publicados. Siempre pienso en el que viene. Lo más interesante para mí es descubrir el libro por hacer, en cómo lo voy a desarrollar. Me fascina el misterio de tender la mesa para escribir en un acto solitario. Editarlo es un problema, una carga para el autor, una actividad sin nada de poesía. Sin embargo, Arturo Higa y los chicos de "Doble Príncipe" han descubierto una nueva forma de hacer libros, que a mí me parece más cercana a la arqueología. Es interesantísimo. Solo por eso me interesó hacer una segunda edición de este libro.

Lanzó el libro en España en 1973, pasando por las narices de la censura franquista...
Cuando estuve en España no veía la hora de regresar. Me gusta vivir en el Perú, aquí están la poesía, mis amigos, el movimiento. Fui a Madrid a extender los límites de Hora Zero, para hacerlo conocido fuera. Luego pensé en publicar allá mi libro. Pero quería volver al Perú; aquí está la vida. Allá estaba Franco. La cosa más increíble que me pasó fue tener que llevar el libro al Ministerio de Información y Turismo para que sea aprobado por la censura. "No hay inconvenientes para que salga el libro", dice el documento que me sellaron y que hasta ahora conservo. Recuerdo que sacamos 300 ejemplares, me dieron 120 para mí antes de viajar a Barcelona para tomar el barco de regreso a Lima. Pocas horas antes de que el barco zarpara, me encontré con un poeta mexicano y, de regalo, le di 40 ejemplares para que lo leyeran en su país. Él se los llevó a Roberto Bolaño y Mario Santiago, entonces ambos poetas del grupo conocido como los infrarrealistas. A Lima traje solo 80 libros.

Ahora todo el mundo conoce al escritor Roberto Bolaño, pero entonces era un poeta casi desconocido. ¿Cómo así el escritor chileno trabó amistad con usted?
Bolaño nos alentaba con sus cartas. Y en México él se presentaba como miembro de Hora Zero. Nuestras cartas van de la máquina de escribir hasta a la computadora. Fue una relación constante. Sus primeras cartas datan del 76, y la segunda etapa de Hora Zero empezó un año después. Habíamos parado durante cuatro años después de una actividad intensa. No sabes lo que es escribir miles de manifiestos, ofrecer recitales en todas las provincias, subir en tolvas de camiones para luego ofrecer recitales en playas de estacionamiento, con fiestas, cerveza, y butifarras. Pero había que escribir libros. Un movimiento no se sustenta si detrás de él no hay libros. Y por eso nos dedicamos a escribir en esos años de silencio. Pero después volvimos para impedir que la poesía cayera en el realismo social. En esa época, todos los poetas escondidos detrás de los dirigentes políticos decían "Viva la huelga", pero esas palabras no decían nada. Había que desarrollar el lenguaje. Era una vergüenza. Por eso entramos de nuevo a batallar. Hubo grandes 'mechaderas' en la calle, con patadas y todo. Toda la izquierda nos odiaba. ¡Con decirte que el mismo Alfonso Barrantes vino a boicotear un recital que dimos en la canchita de San Fernando (la Facultad de Medicina de San Marcos). Entonces decidimos reagrupamos, cosa que hacemos hasta ahora.

Esta nueva edición de "Ave Soul" incluye, entre otras cosas, los manuscritos originales de algunos de sus poemas. Entre enmendaduras y correcciones se aprecia "la cocina" de su proceso creativo...
En verdad, algunos poemas me salen de un tirón. Para escribir un libro me demoro dos meses. Podría decir que utilizo el plan de los novelistas: cuando tengo pensado el tema, busco el dinero para poder escribir. Es como si yo mismo me pagara una beca. ¡Pero esa beca no puede ir más de tres meses! Entonces escribo todos los días para cerrar el libro en ese tiempo. Luego lo archivo por dos años. Lo hago siempre así. Pasado el tiempo lo vuelvo a leer a ver si me parece interesante. Y así lo voy probando poco a poco para ver si el lenguaje ha soportado el tiempo. Solo entonces me pongo a corregir. Es decir, lo escribo en dos meses, arrojando todo en ese proceso, y luego lo voy corrigiendo en varios años.

Retrospectiva pictórica de Quíspez Asín

Retrato de Salvador Dalí, en 1924, amigo y compañero de Quíspez Asín en la Academia de San Fernando, España. Fuente:elcomercio

Y Lima por estos días también se vuelve un foco de cultura y arte. La 29ª Feria del libro Ricardo Palma ya arrancó, esculturas de Rodín y Dalí se exponen en el Museo de Arte Italiano, y hoy, se conoce que a partir del 3 hasta el 30 del diciembre en la sala del C.C. Británico de Miraflores ( Jr. Bellavista 531) se expondrá la ambiociosa muestra Carlos Quíspez Asín: Retrospectiva 1916-1983. ¡Prohibido faltar!
Para los interesados, El Comercio publicó hoy una nota pasando revista a la vida de Quíspez Asín: La ruta pictórica de Quíspez Asín.

Los trabajos imaginarios del Congo


Hoy, en su conocida columna Piedra de Toque, Mario Vargas Llosa -a propósito de su viaje por el Congo para ambientar su nueva novela- describe, acaso esta vez con sorpresa, parte de aquel mundo -o inframundo- que es hoy el Congo. Para VLL, en la ciudad de Boma, sus habitantes viven en "una ficción, ni más ni menos que los personajes de la novela de Juan Carlos Onetti, El astillero". Aquí un extracto de El archivista y los empleos imaginarios:

En la ciudad de Boma, capital de este inmenso país cuando se llamaba el Estado Libre del Congo y era propiedad privada del Rey de los Belgas, Leopoldo II, el señor Placide-Clement Mananga está entregado a luchar a favor de la civilización y contra la barbarie. Esta, para él, no tiene la cara atroz de las violaciones, las matanzas, las epidemias y el hambre que adopta en otras regiones de su país, sino la del olvido. Monsieur Placide estuvo cuatro años de joven en un seminario católico, preparándose para ser cura. Pero el régimen de vida era muy severo y desistió. (...) El amor de Monsieur Placide por la historia no es arqueológico, está cargado de preocupación por el presente. "Conociendo nuestro pasado", dice, "entenderemos mejor por qué anda el Congo como anda y será más fácil atacar el mal en sus raíces."Es un hombre suave, muy delgado, servicial, tímido, de maneras elegantes. Tiene un puestecillo menor en la Alcaldía y desde hace tiempo recolecta todos los papeles viejos, documentos, revistas, recortes de periódicos, cartas, que tienen que ver con Boma. Junto a su escritorio, apilados en el suelo, están esos materiales que serán algún día el embrión del Archivo Histórico del lugar. Paso un largo rato, distraído del calor pegajoso y las moscas indolentes, examinando legajos, silabarios y catecismos de la época colonial, manuales de buena conducta para señoritas, partidas de defunción, ordenanzas donde se clasifica a los indígenas por razas, etnias y domicilio, carteles con las prohibiciones que se colgaban en el barrio de los colonos y en el de los nativos en esos años en que desembarcaron aquí los europeos, con el fin, según el acuerdo de Berlín de 1885, de acabar con la trata de esclavos y civilizar al país usando el comercio libre para abrirlo al mundo y hacerlo prosperar. Nada de eso hicieron. Cuando, en 1960, el Congo se independizó, no había un solo profesional congoleño y la esclavitud, aunque encubierta, todavía existe. El comercio jamás fue libre, sino un monopolio de la potencia colonial, que, antes de irse, exprimió sin misericordia sus recursos y sus gentes.Monsieur Placide es un libro de historia viviente y recorrer Boma con él es ver transformarse este pueblo pobre, abandonado y triste, en la activa y variopinta aldea de sus orígenes, cuando, a fines del siglo XIX, los despistados belgas encargaron a constructores alemanes la edificación de estas casas cuadradas, de dos pisos, de madera de pino traída de Europa y de planchas metálicas, que debían convertirlas en hornos a la hora del sol. Todavía están aquí, ruinosas pero en pie, con sus pilotes de piedra, sus largas terrazas, barandas y ventanas enrejadas y sus techos cónicos, formadas en hilera frente al río.(...) En el primer piso de esta casa que parece a punto de deshacerse como una momia milenaria, Monsieur Placide nos conduce a una habitación desnuda, en la que hay solo dos mesitas, con dos mujeres sentadas ante ellas. No sin cierto orgullo, nos dice: "Esta es la Biblioteca de Boma". Nos presenta a la Bibliotecaria y su ayudante. Pero ¿y los libros? No hay uno solo. Nos explican que están guardados en cajas, en distintos depósitos, pero que, algún día, se construirán estantes y los libros serán traídos aquí y esta habitación se llenará de lectores. Entretanto, la Bibliotecaria y su asistente vienen puntualmente a sus puestos de trabajo, donde pasan las ocho horas reglamentarias. Tienen un sueldo, sin duda, tan fantasmal como los libros que administran. No es esta mi primera experiencia con los trabajos imaginarios del Congo. La Biblioteca de Boma no es una excepción. Se trata también de una epidemia, pero, a diferencia del cólera o el paludismo, benéfica. Dos días atrás, en Matadi, a 130 kilómetros río arriba, visité la Estación del Ferrocarril construido por Stanley, sólido e imponente edificio amarillo donde una gran placa anuncia que de aquí partió el primer tren hacia Kinshasa (que entonces se llamaba Leopoldville) el 9 de agosto de 1877. El local está muy activo. Un destacamento policial cuida las instalaciones y hay un jefe de estación a quien diviso en su oficina, con una gorrita y un guardapolvo que deben ser del uniforme. En las oficinas conté hasta una veintena de personas, hombres y mujeres, sentados en escritorios, abriendo y cerrando cajones, ordenando estantes. Había, incluso, empleados atendiendo en las boleterías. Unos pizarrones indicaban las horas de salida de los trenes y las estaciones en que hacía escala el que iba rumbo a Kinshasa. Pero, el último tren que partió de aquí lo hizo hace ya muchos años (nadie quiso o supo decirme cuándo). Todos vivían una ficción, ni más ni menos que los personajes de la novela de Juan Carlos Onetti, El astillero. Van a trabajar a diario, llenan formularios, tarjetas, actualizan los informes, descansan los domingos. (...) Poco a poco descubro que el Congo entero está atiborrado de ficciones semejantes. Sin ir más lejos, el Aeropuerto Internacional de Kinshasa tiene toda un ala, cuyas compañías han desaparecido, y sin embargo los empleados siguen yendo a ocupar sus puestos, mañana y tarde, como antaño. (...) Pero, no hay nada primitivo sino una conducta altamente civilizada en este recurso a la ficción con que millares de congoleños siguen yendo a trabajar, aunque sepan perfectamente que esos trabajos ya no existen. (...)Pero, seguir yendo a sus puestos, contra todo realismo, es una manifestación de esperanza, una manera de resistir la desesperación, de proclamar a los cuatros vientos que hay un futuro, que la vida --el trabajo-- volverá a renacer y que el desgraciado país que es el suyo resucitará de sus cenizas, como un Ave Fénix.(...) Cuando la realidad se vuelve irresistible, la ficción es un refugio. Por eso existe la literatura, esa escapatoria de los tristes, los nostálgicos y los soñadores. Los congoleños no la leen, la viven.

26 noviembre, 2008

Restauran Gavilla de fábulas sin amor

Fuente: revistañ

Un ejemplar de Gavilla de fábulas sin amor, el libro de Camilo José Cela que Pablo Picasso ilustró con 32 dibujos en 1960, fue restaurado en el laboratorio de la biblioteca del Museo Picasso de Málaga. Así, se mantiene a salvo el legado conjunto del Premio Nobel de literatura y del autor del Guernica. La colaboración entre Cela y Picasso nació el 13 de junio de 1960 en Cannes, cuando el malagueño leyó ante varios amigos, entre los que se encontraba el escritor gallego, una decena de poemas que había escrito sobre su infancia:

En aquella reunión en Cannes, en la que Picasso recordó sus primeros años en Malagá, también estaban Jacqueline, el secretario y amigo del pintor, Jaime Sabartés, el fotógrafo David Douglas Duncan y los escritores Anthony Kerrigan y Bob Schiller. Cela comenzó a escribir en Palma de Mallorca en 1961 esta obra, para la que Picasso había creado expresamente las ilustraciones sobre un papel especial de gran calidad creado por la casa Guarro y que a partir de entonces se conocería como papel Picasso. La obra se compuso a mano y se terminó de imprimir en 1962 en los talleres de la Sociedad Alianza de Artes Gráficas (SADAG) de Barcelona, bajo la dirección de Jaume Pla.Una de las particularidades de este papel son las filigranas incluidas en el mismo, un sol y una gavilla, "que al trasluz se pueden ver perfectamente", ha explicado hoy a los periodistas la coordinadora del equipo del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico (IAPH) que ha restaurado el libro, Eulalia Bellón. El ejemplar, que fue adquirido por el Museo Picasso de Málaga en agosto de 2007 directamente a los herederos del editor Jaume Pla, se encontraba en buen estado, aunque presentaba unas motas redondas, especialmente en la zona del estuche y la carpeta, que estaban empezando a propagarse al papel.Ello se debía a la utilización de materiales "ácidos y no adecuados para conservar el papel" en el estuche y la carpeta, por lo que éstos han sido desmontados y se ha creado "un soporte de cartón neutro" para eliminar el foco de la acidez, según Bellón. La restauración, presentada este lunes por la consejera andaluza de Cultura, Rosa Torres, se prolongó durante unos cuatro meses y supuso una inversión final que giró alrededor de los 4.800 euros. Torres aprovechó para recordar que Picasso fue "un genio que cultivó casi todas las disciplinas artísticas", entre ellas la literatura, aunque en este campo su actividad más prolífica fue la de ilustrador, para lo que se mantuvo "en permanente colaboración con editores".El malagueño ilustró fundamentalmente obras de amigos literatos como André Breton, Tristan Tzara o Rafael Alberti, y el resultado fueron "ediciones exquisitas, con tiradas muy cortas, que seguían un proceso completamente artesanal", señaló la consejera. Por su parte, Bernard Ruiz-Picasso, nieto del artista, ha destacado que son casi doscientos los libros que ilustró su abuelo, y recordó que los más de 5.500 documentos que forman parte de la biblioteca del Museo Picasso de Málaga están disponibles para su consulta en la pinacoteca, pero también a través de Internet.

En regalo:

El escritor español Camilo José Cela interpreta el papel de Matías Martín, el inventor de palabras" en la versión fílmica (1982) de su novela La Colmena (1951)

Saviano "estrella" del año

Roberto Saviano. Fuente: revistañ

El escritor italiano Roberto Saviano, el más querido por la mafia napolitana (disculpen la ironía), ha sido elegido ahora la "estrella" del 2008 por la edición de la revista musical "Rolling Stone" de Italia, una nueva muestra de cómo la repercusión de su libro "Gomorra" ha ido más allá de la literatura:

Roberto Saviano, autor de una obra que desentraña las actividades de la Camorra, que ha proporcionado información importante para la lucha contra la mafia napolitana, protagoniza la portada del último número de la edición italiana de la revista musical, Rolling Stone, que saldrá a la venta mañana.La revista apunta los méritos del escritor de 29 años. "Su 'Gomorra' (en la que se ha basado el filme del mismo título), es indiscutiblemente el texto italiano más leído en el mundo de los últimos años", asegura el director de la "Rolling Stone", Carlo Antonelli, en el editorial del próximo número de la publicación."Las detenciones de los protagonistas del libro, las amenazas de muerte y el increíble deceso de la pobre (cantante surafricana) Miriam Makeba después de un concierto en su honor han creado en torno a Saviano un cortocircuito entre realidad y ficción hasta hoy inédito y vertiginoso", añade.La revista musical lo compara con una estrella del rock por su capacidad de congregar a admiradoras que se pelean por conseguir un autógrafo suyo "como si fuera Barack Obama".Antonelli destaca también todas las firmas de apoyo que ha recibido tras anunciar su decisión de dejar Italia ante las amenazas de muerte de la mafia que ha recibido.El propio Saviano agradece el título en la propia publicación musical, en cuya portada el joven escritor aparece mirando de perfil con un gesto desafiante.El autor, quien agradece los apoyos recibidos, destaca que "aunque muchos miles de jóvenes lean en las calles espontáneamente mis palabras", su vida se ha convertido en un "infierno".No obstante, destaca que, más allá de que para su vida personal escribir el libro haya podido ser "un error...ha comenzado algo en el país que no se detendrá".Añade que, además de ser: "odiado por los camorristas y difamado para restarme autoridad. Siento también un gran afecto en torno a mí y a mis palabras".Además de autor del libro Gomorra, Saviano ha participado en el guión del filme, dirigido por Matteo Garrone y elegido por la Asociación Nacional de Industrias Cinematográficas Audiovisuales y Multimedia (ANICA) para representar a Italia en los Oscar de Hollywood en la categoría de mejor película de habla no inglesa.

El viaje del elefante

Saramago en su casa de Lanzarote, este año.Fuente: revistañ

Este fin de semana, Revista Ñ le dedicó una entrevista al Nobel de Literatura José Saramago. En ella, el autor de Ensayo sobre la ceguera, habló sobre su reciente novela El viaje del elefante y sobre la neumonía que enmarcó la creación de ésta, y que complicó su salud. Aquí un extracto. "Se me desenterró un lenguaje"
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Muchas veces usted contó que lo primero que tenía de una novela era el título...
-Bueno, primero quiero decir que yo no la llamo novela, y tampoco es un cuento. El lector decidirá lo que es este libro. Pero en este caso lo primero no fue el título, y no le encontraría otro aunque lo buscara. ¿Qué es lo que cuento aquí? Simplemente el viaje que en el siglo XVII hace el elefante que el rey Juan III de Portugal le regala a Maximiliano, archiduque de Austria. Es una historia real, que sucedió, y no podía tener otro título que El viaje del elefante .

¿Qué dificultades encontró a la hora de poner a un animal como protagonista del relato?
-Mira, hay algo que para mí quedó clarísimo desde el principio, y es que yo no podía ni debía antropomorfizar al elefante. Cada vez que se habla en la literatura de animales, el autor cede a la tentación inmediata de poner sentimientos humanos en los animales. Esto ocurre constantemente, y mi preocupación para no hacerlo partió de algo muy sencillo que me dije a mí mismo: "Tú no sabes lo que es ser un elefante. ¿Vas a poner el elefante a pensar, a pensar cómo?" Un ser humano se puede decir que piensa con palabras, y si no es con palabras, sabemos que aquello que está pensando se puede traducir en palabras. ¿Se puede decir lo mismo de un elefante? Esa es una manía nuestra. Nosotros tenemos un perro, por ejemplo, y aunque creemos saber lo que es un perro, no lo sabemos. No sé lo que pasa dentro de esas cabezas. Yo sé que mi perro Camoes me quiere, pero qué es lo que significa que yo diga "Mi perro me quiere". No sé lo que pasa por esa cabeza. Yo he llorado con la muerte de uno de mis perros, ¿pero lloraría él si yo me muriera? No, que se sepa los perros no lloran. Entonces uno cae en la tentación de la antropomorfización del animal. Eso me preocupaba desde el primer momento en que se me ocurrió este libro: todo, menos poner al elefante a pensar. Concluyendo: el elefante es otro, y yo no tengo el derecho a transformarlo en algo más cercano a mí.
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Pilar me comentaba que mientras usted estuvo internado también escuchaba un llamado.
-Bueno, si seguimos con esto de la premonición, y aunque a Pilar no le guste el símil, el elefante en ese caso era ella. Una noche, en la clínica, en medio de las pesadillas más horribles que he tenido en toda mi vida, ocurrió que yo la llamaba a los gritos, pero eran gritos dentro de mi cabeza.
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¿Recuerda esas pesadillas?
-Sí, las recuerdo, pero son demasiado desagradables como para ser reproducidas...
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¿Tenían que ver con el temor a la muerte?
–No, directamente no. Además, a lo largo de esta enfermedad, en ningún momento he tenido eso que llamamos temor a la muerte, nunca. Al contrario, lo que quedó es una serenidad que yo podría explicar de esta manera: si me hablan de la muerte, yo podría contestar: "Sí, ya la conozco".
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En un momento del libro, el comandante portugués encargado del traslado del elefante desde Lisboa, dice: "Algo me ha mudado por dentro en este viaje". ¿Este viaje suyo también le mudó algo por dentro?
-Eso siempre se puede decir. Se cambia dentro de lo que se es, y yo sigo siendo el que era. Ahora, lo que me gustaría es que el lector, a la hora de leer el libro, sintiera eso, que está viajando... ¿Pero en la figura del archiduque? No. ¿En la del cornaca? Ni siquiera, aunque podría ser... Pero lo que me gustaría que el lector pensara es: "Este elefante soy yo". El epígrafe del libro, de un supuesto "Libro de los Itinerarios", dice: "Siempre llegamos adonde nos esperan". Y la pregunta es inevitable: "¿A qué se refiere eso?" Y la respuesta sólo puede ser una: a la muerte. Siempre llegamos a la muerte, ahí nos están esperando.

La religión es otro tema presente. Se habla de la Inquisición, también hay una discusión casi teológica sobre la Santísma Trinidad que concluye con esta frase: "Dios es el elefante".
-Podría ser... Pero mira, yo no creo que haya podido existir alguna vez un dios, y cuando digo esto no me refiero únicamente al Dios de los cristianos, sino a cualquier dios. No hay dioses, los hemos inventado porque los necesitábamos. Pero como de todos modos le tememos a la muerte, si podemos creer que de una forma u otra habrá una existencia después de ella, entonces encantados. Pero para eso se necesita alguien superior, esa especie de autor primordial que permite que esto siga funcionando, y ese sería Dios. No creo y nunca lo he creído. En un universo en donde hay 400 mil millones de galaxias, y cada galaxia, según mis cálculos, tiene millones de estrellas, y cada estrella tiene sus sistemas de planetas en ese vacío total del universo... Bueno, bueno, si yo fuera Dios, habría inventado un universo menos complicado, más cómodo, más confortable. Es decir, me parece absurdo. Yo hablo tanto de religión porque me cuesta trabajo comprender, además por qué, si yo tengo una religión, estoy obligado a odiar a la gente de otras religiones. No debería sorprender, porque los que siguen al Real Madrid no pueden ni pensar en los que siguen al Barcelona. Si esto sucede en algo tan rudimentario como el fútbol, qué es lo que no ocurriría si yo creo en un dios y no puedo soportar la esencia de alguien que cree en otro dios. Es la prueba de que en el fondo somos bastante estúpidos, con todo respeto. Por eso a veces digo que el mundo sería mucho más pacífico si todos fuéramos ateos.

Usted dijo que le gustaría que la gente lo recordara como el autor del personaje del perro que enjuga las lágrimas de una mujer en "Ensayo sobre la ceguera". ¿Sigue pensando lo mismo?
-Sí, claro, eso es algo que responde a un sentimiento más profundo de lo que parece. Cuando digo que si yo tuviera que ser recordado por algo, me gustaría que me recordaran como el creador del perro de las lágrimas, primero porque creo que a nadie se le ocurrió que en una situación como aquella, terrible, de hambre y de búsqueda de alimentos todos contra todos, un perro que se acercara a una mujer desesperada sentada en el suelo llorando, y que en un gesto de compasión, le secase las lágrimas con la lengua... Pues sí, creo que he añadido algo nuevo a las situaciones que transitan de una obra a otra, de un autor a otro, en eso que llamamos cuento, o novela...


El original de Laura en 2009

Vladimir Nabokov y su esposa Vera, en uno de sus pasatiempos preferidos: jugar ajedrez. Fuente: revistañ

Dimitri Nabokov, el hijo y heredero del autor de Lolita, en una entrevista para la BBC se reafirmó en su intención de publicar la última e inédita obra del genial escritor ruso-norteamericano. La novela El original de Laura permanece guardada desde hace décadas en una caja de seguridad de un banco suizo:

En una entrevista televisiva con la cadena pública británica BBC, el hijo de 73 años de Vladimir Nabokov anticipó que romperá su promesa familiar y salvará del olvido uno de los secretos mejor guardados de la literatura universal.Antes de morir, en 1977, Nabokov le hizo prometer a su mujer que quemaría el manuscrito plasmado en 138 tarjetas. Sin embargo, su viuda, Vera, tampoco se atrevió a destruir el legado y desobedeció la última voluntad de su marido. Fue así entonces como la obra llegó a las manos de su único hijo Dimitri.A pesar de que éste manifestó en más de una ocasión que ya habría quemado el manuscrito, ahora volvió sobre sus dichos y reveló que el año que viene podría publicar "uno de los más importantes libros" de Nabokov." Uno no pone nombre a un libro que quiere destruir. Él habría reaccionado de una manera más sobria y menos dramática si no hubiese estado cara a cara con la muerte. Seguro que no hubiese querido destruir la novela, sino acabarla", señaló el heredero frente a las cámaras de la BBC.Si bien Nabokov no pareciera precisar de ninguna campaña de marketing editorial, el hijo alimentó las expectativas de los lectores al insinuar que el argumento de la novela inédita es más sexual y explícito que el de su obra cumbre Lolita. Philip Wild sería el nombre del protagonista de El original de Laura, quien agobiado por el fracaso evidente de su matrimonio con Flora fantasea con suicidarse. Sólo entonces el personaje recuerda que se casó con la mujer que le es infiel por su visible parecido con un amor de su juventud.El hijo de Nabokov expresó su deseo de que el lanzamiento de la obra inconclusa de su padre se convierta el acontecimiento literario de 2009, aunque en realidad, de ser cierto, podría convertirse, pese a los malos augurios de algunos, en el lanzamiento de la década.

17 noviembre, 2008

Dos de Vargas Llosa

(1841 -1904)

Ayer, en El Comercio, aparecieron dos textos muy significativos de Mario Vargas Llosa. El primero, a raíz de su viaje por el Congo por lo de su nueva novela, es una estremecedora descripción de cómo se ve el Congo actual y -sobre todo- una semblanza al primer explorador que se adentró en el corazón de la tinieblas: El inglés Henry Morton Stanley . Stanley por los suelos:

Entre todos los grandes exploradores británicos del siglo XIX, Stanley (el primer europeo en esas tierras, fundador de la ciudad, a la que puso el nombre de Leopoldville, en 1881) es el que más se parece a los héroes de la novela picaresca. Su biografía es casi imposible de establecer por la miríada de fabulaciones con que la disfrazó. Durante buena parte de su vida se hizo pasar por estadounidense pero era británico, pues había nacido, en 1841, en el pueblecito galés de Denbigh, de madre soltera y padre alcohólico. Pasó su infancia en un hospicio y, de adolescente, se las arregló para llegar a Nueva Orleáns, donde un hombre de negocios, Henry Hope Stanley, le tomó cariño y lo ayudó. Adoptó entonces el nombre de Stanley, pues el suyo era John Rowlands. Luchó en ambos bandos en la guerra civil norteamericana y luego hizo carrera de periodista cubriendo las contiendas de 1860 entre los indios y los pioneros que extendían la frontera del Oeste. Gracias a esas crónicas lo contrató "The New York Herald", que lo envió de corresponsal con una fuerza expedicionaria inglesa desplegada en Abisinia, donde consiguió muchas primicias para su periódico.
Pero su fama vino con su expedición de 1871-1872 en busca de otro famoso explorador, el médico y misionero doctor Livingstone, que andaba desaparecido por el África Oriental desde hacía cinco años. Stanley lo encontró, en noviembre de 1871, en el pequeño asentamiento de Ujiji, a orillas del lago Tanganika, y se dirigió a él con la pregunta que se volvería mítica: "Doctor Livingstone, I presume?". Estuvieron cuatro meses juntos, pero Livingstone se negó a regresar a Inglaterra y falleció en África, de 60 años, a orillas del lago Bengwelu. Stanley, que se hizo rico y célebre con esta proeza, realizó otra todavía mayor en 1874, cruzando todo el Congo hasta la desembocadura del río de este nombre en el Atlántico. Entonces, Leopoldo II lo contrató y el galés se convirtió en un instrumento neurálgico de las ambiciones coloniales del soberano belga. Lo ayudó a sentar las bases del Estado Libre Asociado del Congo, construyendo caminos, tendiendo los rieles del ferrocarril entre Boma y Kinshasa y firmando "contratos" con los jefes y caciques de las tribus de orillas del gran río en los que estos cedían sus tierras al "rey civilizador" y se comprometían a darle hombres para que trabajaran en las obras públicas así como en la extracción del caucho, las pieles y el marfil. Entre todos los sistemas coloniales montados por Europa en el África, el del Congo fue el más inhumano: el primer genocidio del siglo veinte.
Curiosamente, ni en Kinshasa, ni en las localidades del Bajo Congo --Matadi, Boma y Mbanza Ngungu--, ni en el extremo oriental del país, la región de los Kivu, escuché palabras de rencor contra Stanley. Por el contrario, en muchos sitios me hablaron de él con simpatía, como de una gloria nacional. En Matadi, un funcionario de una (imaginaria) oficina de turismo me llevó a ver, en las afueras de la ciudad, en un codo del río, el lugar donde estuvo la choza donde vivió Stanley y el primer embarcadero que construyó. En Boma, todos los lugareños señalan al forastero cómo llegar al gigantesco baobab, de cientos de años de existencia según la voz popular, en el que el explorador excavó un refugio, que fue su casa y que todavía se puede visitar. Salvo a una persona --era un intelectual-- tampoco escuché en los quince días que pasé allá a ningún congolés despotricar contra los años coloniales y responsabilizarlos de las miserias y padecimientos que sufre el país. ¿Generosidad y grandeza de espíritu? Tal vez, o, acaso, un presente tan terrible que ha borrado de la memoria colectiva las atrocidades del pasado.(...) todo el Congo da la impresión de haber sido víctima de un cataclismo. Las notas de color y alegría las ponen los vestidos de las mujeres, amarillos, azules, verdes, floreados, las sombrillas de colores con que se protegen del sol y la airosa manera del caminar de las muchachas que llevan bultos y canastas en las cabezas. Van como deslizándose sobre las pistas arenosas, la cabeza en alto, erguidas, y hay en su andar, en su soltura y su elegancia, una bocanada de vida entre tanta ruina, miseria y desperdicios.



El segundo es una sopresa que aparece en El Dominical. Tres fragmentos de su más reciente libro El viaje a la ficción. El mundo de Juan Carlos Onetti, su reciente estudio acerca del escritor uruguayo. Juan Carlos Onetti, héroe de la ficción:

Al terminar la reunión del PEN algunos participantes fuimos invitados a hacer una gira por Estados Unidos y tuve la suerte de formar parte del grupo en el que estaban Martínez Moreno y Onetti. Era un viaje turístico, con visitas a museos, espectáculos y lugares históricos, en los que, por supuesto, Onetti se negó sistemáticamente a poner los pies. Permanecía encerrado en su cuarto de hotel, con una botella de whisky y un alto de novelas policiales, tan desinteresado del programa que uno se preguntaba por qué había aceptado aquella invitación.
Solo en San Francisco tuve ocasión de charlar con él un poco, en barcitos humosos y oscuros de los alrededores del hotel. Costaba trabajo animarlo a hablar, pero, cuando lo hacía, decía cosas inteligentes, eso sí, impregnadas de ironía corrosiva o sarcasmos feroces. Evitaba hablar de sus libros. Al mismo tiempo, detrás de esa hosquedad y esas burlas lapidarias, asomaba algo vulnerable, alguien que, pese a su cultura e imaginación, no estaba preparado para enfrentar la brutalidad de una vida de la que desconfiaba y a la que temía. Una noche en que hablamos de nuestra manera de trabajar, se escandalizó de que yo lo hiciera de manera disciplinada y con horario. Así, me dijo, él no hubiera escrito ni una línea. Él escribía por ráfagas e impulsos, sin premeditación, en papelillos sueltos a veces, muy despacio, palabra por palabra, letra por letra --años más tarde Dolly Onetti me confirmaría que era exactamente así, y tomando a sorbitos, mientras trabajaba, copitas de vino tinto rebajado con agua--, en periodos de gran concentración separados por largos paréntesis de esterilidad. Y allí pronunció aquella frase, que repetiría después muchas veces: que lo que nos diferenciaba era que yo tenía relaciones matrimoniales con la literatura y él adúlteras.* En aquella o alguna otra ocasión durante aquel viaje le pregunté si era cierto que a los escritores jóvenes que conseguían llegar a él a pedirle consejo les recomendaba leer los libros que él detestaba, para ponerlos a prueba, y él, sin negar ni asentir, sonrió feliz: «¿Eso dicen? Qué hijos de puta, che».
[*] Me consta que esta anécdota es cierta, pues yo mismo se la oí. Hay otras que se le atribuyen respecto a nosotros dos que es difícil saber si realmente ocurrieron o si forman parte de su mitología. Cuando mi novela "La casa verde" ganó el Premio Rómulo Gallegos, en 1966, y "Juntacadáveres" quedó finalista, dos novelas que giran sobre el tema del prostíbulo, habría dicho que era normal que ganara yo, porque mi burdel tenía una orquesta y el suyo no. Y a Ramón Chao, que lo entrevistaba para la televisión francesa y que miraba fascinado el único diente que le quedaba en la boca, Onetti le explicó: «En otro tiempo tuve una magnífica dentadura, pero se la regalé a Mario Vargas Llosa» (Ramón Chao, "Un posible Onetti". Barcelona Editorial Ronsel, 1994, p. 262). En la vida real, como delatan estas anécdotas, su humor solía ser más cálido y tierno que en sus novelas, donde rara vez se despojaba de un sustrato ácido y a menudo feroz.
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14 noviembre, 2008

"Viajar, perder países"

Hoy, Revista Ñ, ha colgado una completa cobertura acerca del cierre del segundo día del Filba (Feria Internacional de Literatura de Buenos Aires), donde el argentino Andrés Neuman y los peruanos Daniel Alarcón y Santiago Roncagliolo discutieron acerca de cómo sus historias de vida entre dos continentes reformularon su sentido de pertenencia nacional y literaria. "Viajar, perder países" fue el título de la charla moderada por el periodista Christian Kupchik que reunió a estos tres escritores menores de 35 años, divididos y potenciados por los países que perdieron y ganaron en sus respectivas mudanzas transatlánticas. Tres escritores atrapados entre dos mundos(incluye videos y audio):

"Cuando viajas aprendes a mirar el mundo desde otro punto de vista, vayas adonde vayas las cosas se ven distintas. Y eso, en definitiva, es lo único que debes tener en cuenta para escribir. Ver la vida desde otro sitio, eso es lo que hace un escritor. Para mí, viajar y escribir son casi la misma cosa", sentenció Roncagliolo, ganador del Premio Alfaguara 2006 por Abril rojo. El exilio de sus padres en México, su regreso al convulsionado Perú de los 80's y su posterior partida a España lo acostumbraron al desarraigo y construyeron el castellano neutro, con las escasísimas marcas de nacionalidad que plasma ahora en sus libros. "Mis editores en España, dicen '¡por fin un escritor latinoamericano al que se le entiende!", reveló entre risas. "Un buen amigo me dijo que sólo existen dos novelas. La de un hombre que se va de viaje o la de un desconocido que llega a un pueblo", aportó Alarcón, que escribe en inglés pero sitúa sus cuentos y novelas en paisajes y realidades eminentemente peruanas, latinoamericanas. Neuman, en cambio, disociado y atravesado por la jerga porteña y la madrileña, prefirió subrayar el hecho de que en los próximos años los emigrantes latinoamericanos en España ayudarán a repensar el oxidado concepto de "literaturas nacionales". "Nuestra historia nos hermana más con la segunda generación de emigrantes que con la de los exiliados, que ya tenían claro quiénes eran. (La nuestra) es una cultura bicéfala formada en el hogar y en la calle", acotó el también autor de Una vez Argentina. "En Estados Unidos ya existe esa tradición y yo me siento adentro. Hijos de latinos, chinos, judíos, ya tienen su literatura allá. Tú tienes el trabajo de ser el intérprete de tu país, algo muy incómodo, por cierto", aportó Alarcón.

II Congreso Nacional de Estudiantes de Literatura - CONELIT 2008


LUGAR:
24 y 25 de noviembreAuditorio de Humanidades - Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP)
26 de noviembreCasona de la Universidad de San Marcos (UNMSM)
Ingreso libre.

Homenaje a Watanabe

EL GUARDIÁN DEL HIELO .
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Artistas invitados:Enrique Polanco,Jorge Castilla-Bambarén,Joseph de Utiay Lucía Fernández
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Invitados especiales:Alberto Benavides Ganoza,Abelardo Sánchez León,Carlos López Degregori,José Cabrera Alva,Diego Lazarte,Andrea Cabely Cecilia Podestá
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CUÁNDO
Jueves 20 de Noviembre,7.00 pm.
Visitas del 21 de Noviembre al 1º de Diciembre,de lunes a viernes, de 10 am. a 7pm.
Av. Paseo de la República 5864, Miraflores, Lima 18, Perú - Teléfono: 444-3672
Ingreso libre.

Ladrones en la casa de Sabato


Y parece que efectivamente los ladrones que entraron a robar en la casa de Ernesto Sabato, estaban sensibles, pues lo único que llegaron a robar fue "un celular y la tapa enmarcada de un libro, tras lo cual escaparon asustados por los gritos de una empleada" que oyó el alarido que hicieron al patear una olla. Apoyo la tesis, de Iván Thays, de que se trata de gruppies que intentaban llevarse souvenirs o tomarse foto en la casa, o quizá con el mismo Sabato (que retorcido).Y bueno, ¡qué ladrones para más tontos! Acaso se parecen a los de la imagen. Entran a robar en la casa de Ernesto Sabato:

Fue durante la noche, cuando los ladrones entraron mientras el escritor estaba durmiento en su vivienda e Santos Lugares, en la provincia de Buenos Aires. Según las primeras informaciones policiales, sólo se llevaron un teléfono celular y la portada enmarcada de su libro Antes del fin. Ladrones entraron a robar hoy a la casa del escritor Ernesto Sabato, en la localidad bonaerense de Santos Lugares, y se llevaron un celular y la tapa enmarcada de un libro, tras lo cual escaparon asustados por los gritos de una empleada. Fuentes policiales informaron a la agencia Télam que el robo se cometió esta madrugada en la casa de Sabato, Premio Cervantes en 1984, situada en la calle Langeri a 3100, a pocas cuadras de la iglesia de Santos Lugares. Si bien voceros policiales aseguraron que Sabato no estaba en la casa al momento del hecho, su nieta, que llegó este mediodía a visitarlo, dijo que sí se encontraba, aunque "no se enteró de nada porque estaba durmiendo".Según la policía, los ladrones entraron por el fondo de la vivienda, donde hay gran cantidad de plantas y árboles, que utilizaron para trepar hasta el techo. Luego, los asaltantes ingresaron a la casa por una ventana abierta que conduce a la cocina. Al ingresar, los delincuentes patearon accidentalmente una olla provocando un ruido que alertó a una empleada. La mujer, asustada, comenzó a gritar, por lo que los ladrones tomaron lo que encontraron a mano y se escaparon por la misma ventana, según la información policial. Las fuentes dijeron que los asaltantes robaron un teléfono celular, propiedad de la empleada, y la tapa enmarcada del libro de Sabato Antes del Fin. En tanto, la nieta del autor de Sobre héroes y tumbas y El túnel, entre otras obras, dijo desconocer todavía si los ladrones alcanzaron a ingresar o a robar algo y contó que Sabato, de 97 años, vive en esa casa con dos empleadas, una de ella "una enfermera que lo cuida desde siempre" y que permanece despierta durante las noches.

Los libros de Mann vuelven a su biblioteca


El estado alemán de Baviera devolverá al Archivo Thomas Mann de Zúrich, en Suiza, 75 volúmenes de la que fuera la colección privada del genial autor de La montaña mágica, que en 1933 fue objeto de saqueo por parte de los nazis. Los libros que los nazis expropiaron a Thomas Mann volverán a la biblioteca del escritor:

Se trata de traducciones a diversas lenguas de las obras de Mann publicadas en las primeras tres décadas del siglo XX, que se entregarán hoy en Zúrich a los responsables del Archivo Thomas Mann. Un grupo de trabajo de la biblioteca encargado del rastreo de los bienes apropiados por los nazis dio con los volúmenes en 2007, a partir de una solicitud del Archivo.La casa de Thomas Mann de Múnich fue allanada por los nazis en agosto de 1933. Poco antes la familia había conseguido poner a salvo, trasladándola a Zúrich, parte de la biblioteca privada de Mann. El resto cayó en manos de las autoridades nacionalsocialistas, que separaron las traducciones de obras de Mann y las asignaron a la Biblioteca del estado federado de Baviera.Entre los libros hay traducciones de novelas famosas como Los Buddenbrooks o La Montaña Mágica. Dos de los volúmenes están firmados por Mann, y varios tienen dedicatorias de los traductores al autor.La Biblioteca de Baviera impulsa activamente desde 2003 la investigación sobre las apropiaciones del régimen nazi. Se guía para ello en el compromiso de buscar en su propio acervo obras perseguidas durante el Tercer Reich, suscripto por todas las instituciones públicas de Alemania en 1999.Alemania y más de 40 naciones se obligaron además a devolver a sus propietarios o a sus descendientes el patrimonio cultural apropiado por los nazis, especialmente a personas de origen judío, incluso una vez transcurridos los plazos legalmente estipulados para ello. La Biblioteca del estado federado de Baviera deploró en un comunicado las circunstancias en que los libros llegaron en su acervo en 1933, "así como la participación de la Biblioteca en los actos delictivos" de entonces.Actualmente se preparan otras devoluciones de bienes culturales apropiados por los nazis, que se pondrán en manos de sus propietarios judíos y también de testigos de Jehová, logias masónicas, la Federación de Maestros Católicos de Religión y organizaciones del movimiento de los trabajadores.Los libros y documentos de Mann será entregados a la fundación que lleva su nombre el próximo 19 de noviembre.

13 noviembre, 2008

29ª Feria del libro Ricardo Palma

Esta semana fue anunciada la nueva edición de la 29ª Feria del libro Ricardo Palma, que como siempre, va en el Parque Kennedy de Miraflores. Se inaugura el 29 de noviembre y se ha anunciado la presencia de destacados escritores latinoamericanos, entre ellos, César Aira y Carlos Chernov. Entre los escritores nacionales se ha asegurado la presencia de Alonso Cueto, Edgardo Rivera martínez y Miguel Gutiérrez.
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TODA LA PROGRAMACIÓN EN: http://www.cpl.org.pe/

11 noviembre, 2008

Un regalo de Fuentes

Continuando con la Fuentesmanía de estos días, leí el post que Xavier Velasco ha colgado en El Boomeran(g). En él, Velasco recoge algunas de las repuestas que Fuentes le dio en una entrevista de hace dos años. Me parece un regalo para los narradores jóvenes la repuesta que copio a continuación:

"Si eres un buen escritor, te inventas problemas. Dices: Ahora tengo que saltar esa barrera, no me voy por este caminito que me consagra (y es muy fácil, y me van a aplaudir y hasta puede que gane dinero), sino que voy a tratar de brincar el muro. Que está coronado de vidrio, además, y de espinas. Hay que brincar ese muro, y si no está tienes que construírtelo tú mismo, para que valga la pena lo que escribiste, porque si escribes con llanura y comodidad, lo que salga va a ser una porquería, no va a tener el menor interés; mejor haz anuncios de publicidad, emplea tu talento en otra cosa, haz canciones, boleros... En la literatura o te inventas un obstáculo o no vas a escribir bien. Tienes que vencer un obstáculo, cada libro que escribes debe ser un obstáculo, y uno di-fi-ci-lí-si-mo de superar. Que el libro sea el resultado de ese obstáculo. Aunque todos podemos caer en la tentación de la facilidad, no lo eximo, pero cuando se escribe bien, se escribe contra la marea y contra la facilidad."(...)"Yo tengo una manía, que es vivir con Balzac. En la época de la gran eclosión romántica francesa, al lado de Víctor Hugo. Me encantaría. Estar platicando con esos changos, tener los mismos amores, en un París que olía a caca de caballo, que tengan que curarte con un vaso, estar prendiendo velas toda la santa noche... No escogería otra época mejor."

Feliz cumpleaños Fuentes

Página oficial del Homenaje Nacional Carlos Fuentes 80 años (Click en la imagen)


Hoy es el cumpleaños número ochenta de uno de los narradores más vastos de hispanoamerica: Carlos Fuentes. En México, se han programa toda una serie de eventos para conmemorar no sólo su cumpleaños sino también su obra y su persona (una Fuentesmanía). Por ejemplo, el 20 de noviembre se estrenará, en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris de la capital mexicana, la ópera Santa Anna, escrita por Carlos Fuentes. Fuentes ha declarado: "Mi cumpleaños será un día de celebración y todo lo demás son mesas a las que asistirán escritores de todo el mundo que tratarán distintos temas. Se ocuparán de la novela, del cine, el arte, la política y muchos otros temas. No se ocuparán de mí. Sólo soy un pretexto. Las mesas redondas tratan temas importantes y objetivos". Modestia aparte, México celebra a su narrador vivo más importante y lo hace en grande. Les dejo el video de la presentación de su más reciente novela La volunta y la fortuna. A propósito, con esta obra Fuentes regresa:

al mito de Caín y Abel, tan trillado por la literatura. Pero es que no hay escapatoria. La escritura creativa vuelve fatalmente sobre los mismos temas una y otra vez. "Lo único que cambia es la forma de abordarlos", afirma el autor mexicano. La clave está en que jamás se termina de agotarlos. Es quizá por ese motivo por lo que la novela goce de una existencia inmortal, en tanto que no puede morir mientras queden nuevas perspectivas desde las que tratar los asuntos que siempre han obsesionado a la humanidad. Aunque sí corre el riesgo de caer en desuso, abandonada por el público. Carlos Fuentes, sin embargo, conserva cierto optimismo. Sabe que el auge del siglo XIX no volverá a repetirse: "Ahora hay otros muchos entretenimientos mayoritarios". Pero, en su opinión, la lectura posee una serie de virtudes a las que no se puede renunciar: "activa la inteligencia y la sensibilidad, y nos da personalidad". Y no tiene duda en concluir: "los lectores son la vanguardia del porvenir".Siempre MéxicoFuentes, cómo no, también vuelve a México. Es allí donde sitúa la lucha entre los dos protagonistas, dos jóvenes llamados Josué y Jericó, que buscan en la política la posibilidad de medrar en la pirámide social. "Yo necesito a México, como Balzac a Francia, Dickens a Inglaterra y Dostoievski a Rusia, pero no es el elemento esencial". Y precisa: "Mis novelas no son sobre México, sino sobre cosas que ocurren en México". Es en ese México donde discurre la trama de su último libro, que entreteje con los pilares maquiavélicos de El príncipe: la voluntad, la necesidad y la fortuna (el segundo se cayó del título por ser "una fea palabra"). Carlos Fuentes crea con esos ingredientes su relato melodramático, que el mismo tilda de "comedia sin risa", y que huye de un afán totalizador.Para el autor de La región más transparente la novela no puede abarcar por completo la realidad que pretende narrar. No duda en afirmar que "toda novela es parcial" y que "no hay ninguna perfecta". En el caso que lo fuera "sería ilegible, como la guía de teléfonos". Y remacha: "La novela debe sangrar por alguna herida: es lo que la hace humana".

Anticipándose a las celebraciones, Juan Goytisolo, hizo un valorativo artículo acerca de la obra de Carlos Fuentes. Leer y releer a Carlos Fuentes:

Pretender abarcar en unas pocas páginas la creación novelesca de Carlos Fuentes es como intentar apresar con redes el agua del mar. El océano Fuentes es tan vasto como el de Balzac y tan elusivo y complejo como el de nuestro común maestro Cervantes. (...) La curiosidad omnívora de Fuentes es fruto de su condición de avezado lector, de lector que transita de una cultura a otra, consciente de que cada una de ellas se alimenta de las demás. De que una cultura, como no me canso de repetir, es la suma de las influencias exteriores que ha recibido a lo largo de su historia. ¡Nada más empobrecedor, y potencialmente dañino, que el nacionalismo cultural y la busca de esa pureza castiza sobre la que ironizaba Cervantes! (...) Fuentes no cambia simplemente de tema, cambia de propuesta narrativa. Su universo es el de la biblioteca de Babel: incluye a sus autores clásicos, medievales, renacentistas, románticos, a La Celestina y a Rabelais, a Swift y a Sterne, a Flaubert y a Machado de Assis. Su obra no sería lo que es sin este cúmulo de lecturas, sin la estratigrafía literaria en la que se fundamenta su dinámica artística.La clasificación aproximativa de su narrativa en el conjunto de La edad del tiempo nos procura algunas pistas para acceder a su estimulante diversidad. Pero habría que releer una a una las novelas y relatos agavillados en una quincena de apartados para comprobar que no se trata de compartimentos estancos. Las fronteras son porosas y, por lo tanto, mudables. La perturbadora anacronía de Aura no es la de El naranjo, ni el México de La región más transparente, el de La Silla del Águila. Según la conocida frase borgiana, "el arte no clasifica, desclasifica", y la riqueza y la variedad de la creación narrativa de Fuentes desafían toda tentativa de clasificación. Sus mundos dibujan una constelación de geometría variable. Podemos agruparlos desde la distancia mas la agrupación se desdibuja con la cercanía. (...)Carlos Fuentes -como Juan Rulfo, García Márquez, Vargas Llosa o Lezama Lima- es un punto de referencia indispensable de la novela contemporánea y un exponente de esa modernidad que circula a través de los tiempos y no recala en lugar alguno. No hay que erigirle estatuas grandilocuentes sino leerle y releerle como merecido homenaje a su labor de amanuense y tesón de artista. Su obra le sobrepasa y nos cautiva. ¿Qué más cabe pedirle a un escritor?

Además, aportando nuestro granito de arena para celebrar a uno de los más importantes narradores hipanoamericanos, dejamos aquí los vínculos del especial que le ha dedicado el suplemento cultural Laberinto:

Carlos Fuentes en La región más transparente, por José Emilio Pacheco y Víctor Núñez Jaime; Aura por Iván Ríos Gascón; Dónde es ahora por Rosa Beltrán; Visionar imágenes por Héctor Perea; Fuentes y el cine según Ripstein y Cuevas por Héctor González; Carlos Fuentes sin censura por Heriberto Yépez; En busca de Artemio Cruz .


09 noviembre, 2008

Savater: He tenido buena suerte. Todavía sigo vivo

Fernando Savater. Fuente: elcomercio

Fernando Savater quien acaba de ganar el Premio Planeta de Novela por su obra "La hermandad de la buena suerte", un libro que, rompiendo con el grueso de su obra, se concentra en la aventura más que en la metafísica; dio una entrevista para El Comercio. El también filósofo habla sobre la vida, su reciente obra y la política. Para apostar por la aventura:

"La hermandad de la buena suerte" habla, por supuesto, y valga la redundancia, de la suerte. ¿Cree en la buena y en la mala suerte?
Creo en la suerte. Creo que a todos nos toca nuestra suerte, y nosotros la convertimos en buena o mala, con nuestro empeño, nuestro trabajo, nuestra dedicación.

Han dicho que su novela es detectivesca, de aventuras, etcétera. ¿Cómo la define?
Es una novela de aventuras, con intriga, con peripecias, con un cierto enigma.

Y con metafísica
Hay una dosis minúscula de metafísica. Hay gotas de ese ingrediente que pueden hacer pensar al lector a la par que lo divierte y hace que se la pase bien leyendo la novela.

¿Se siente identificado con algún personaje de la novela?
Si me tengo que sentir identificado con algún protagonista, ese es el caballo porque ese es el que más se parece a mí. Los otros son todos subproductos.

¿Por qué con el caballo?
Porque es un gran caballo que ha ganado una gran carrera y ha perdido otra carrera decisiva, y ahora ya no se sabe si va a ganar o perder. Yo siempre me siento así.

¿Qué carreras ha perdido?
No todas se pueden decir. Las más importantes de la vida no se pueden comentar.

¿Qué le animó a escribir esta obra?
En los últimos quince años he procurado alternar obras filosóficas, que son el grueso de mi trabajo, con alguna obra literaria que me sirve para limpiar un poco. Tenía esto rondando por la cabeza. Durante un par de años, sobre todo el año pasado, cuando llegaba el Planeta todo el mundo me daba como ganador, aunque ni siquiera había escrito ni presentado nada. Yo decía que si quedo finalista sin haber presentado ninguna novela, entonces cuando la presente gano seguro.

¿Qué ha significado el Premio Planeta para usted? ¿Ha sido un poco de oxígeno en un año complicado, en el que ha apoyado a un nuevo partido político y ha batallado por la defensa del castellano, por ejemplo?
La novela fue en sí misma una recompensa porque me sacaba de la monotonía; escribirla fue como estar permanentemente en un balneario, de vacaciones. El premio ha sido la guinda del pastel. Lo que espero del premio es que me consiga lectores que no piensen en mí sino que quieran leer el libro. Y es que mis lectores habituales lo primero que hacen es verme a mí. Luego ya lo que hago les importa menos, y saben que todo lo que hago les va a parecer bien o que todo lo que hago les va a parecer mal porque, de alguna manera, tapo las cosas que hago. Quisiera que un lector cogiera la novela, no supiera nada de mí, le importara un pimiento y dijera "me gusta" o "no me gusta" sin tener nada que ver conmigo, y creo que eso es algo que el Premio Planeta me lo puede conseguir.

¿Cómo fue la experiencia de estar al lado de Vargas Llosa como finalista?
Fue una gran alegría. A Mario lo tenía en un altar, como es lógico, como referente de mi generación y de otras. Yo antes lo había saludado un par de veces y, de pronto, durante los quince días que dura la gira de presentación del Premio Planeta, estar con él a todas horas, a la hora del desayuno, del almuerzo, poder charlar con él de todo, fue como hacer un máster. Yo estaba encantado.

¿Mantiene su militancia política? (Savater, junto a Vargas Llosa, es impulsor del partido UPD, Unión, Progreso y Democracia.)
Un ciudadano nunca dimite en una democracia. Puedes estar en primera fila o una fila más atrás, pero como ciudadano no voy a dimitir nunca de mi papel político.

¿En qué va a invertir los 601.000 euros con los que está dotado el premio?
Eso lo decide mi esposa. Ella es la que administra; lo hace mucho mejor que yo.
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Retratos de Cortázar

FRANCIA, 1972. Julio Silva y Julio Cortázar en Saignon, haciendo brazos. Bautizaron este juego de fotos como "El combate del siglo". Fuente: revistañ

Julio Silva, uno de los personajes del libro La vuelta al día en ochenta mundos y quien diseñó las tapas de Rayuela y Bestiario regresó a la Argentina después de 25 años. Amigo de Cortázar desde "1955, cuando Silva, después de estudiar en el taller de Battle Planas, decidió probar suerte en París. Muy pronto empezaron a trabajar juntos: "Cortázar se quejaba mucho de la impresión y la diagramación de sus libros, le ofrecí mi colaboración y así surgieron las tapas para Rayuela, Todos los fuegos el fuego y Bestiario", dice Silva en diálogo con Clarín". Aquella visita ha dado pie a que Revista Ñ haga un repaso de los retratos de Cortázar a través de su amigo Julio Silva:

En tanto tiempo compartido, hubo experiencias que dejaron huella, y que revelan la intensa sensibilidad que los unía. Una de esas, sin dudas, fue cuando decidieron acompañar "Muñeca rota" (en la primera edición de Ultimo Round) con una serie de fotos. "Como se trataba de la historia de una muñeca descuartizada, fuimos juntos a comprar una -dice Silva-. La llevamos al departamento de Cortázar y le quitamos los brazos y las piernas. Yo la iba moviendo y él tomaba las fotos. Después, durante todo el día, no pudimos hablarnos ni mirarnos por la culpa. Lo vivimos como algo sádico". En París, desde luego, compartían charlas, comidas y asados con sus amigos Saúl Yurkievich, Arnaldo Calveyra, Sara Facio, Alejandra Pizarnik, Luis Tomasello y Nelly Kaplan. Cortázar ejercía una especie de atracción hipnótica. "Cada vez que cenábamos en casa, llegaba y contaba una historia a partir de lo que había visto en el viaje en metro: todos quedaban subyugados por la manera en que narraba. Era un cuento para publicar". En esos años, en las fiestas en la casa de Cortázar en Saignon, en la Provence, no faltaban García Márquez y Carlos Fuentes. "No hablaban de literatura", confiesa Silva.Ya en 1982, cuando murió Carol Dunlop, la última esposa de Cortázar, Silva le ofreció a su amigo una escultura para la tumba. Y su respuesta estremece: "Esta -dijo señalando la pieza- será para ella y también para mí", afirma Silva. Y agrega: "Me pidió que no pusiera esposa de Julio Cortázar porque ella valía por sí misma". Dos años después, el autor de Rayuela sería enterrado junta a ella, al pie de aquella escultura, Despedida con sonrisa. ¿Cómo era el Cortázar más íntimo? "Muy solitario. No se reunía con la elite literaria y nunca andaba detrás de editores. Trabajaba sólo medio tiempo como traductor en la UNESCO, para tener seis meses libres y leer, escribir, escuchar jazz, tocar la trompeta y tomarse unos whiskies. Era un tipo generoso y cargado de humor", recuerda Silva del hombre con eterno rostro de niño que desató impensados universos en la literatura latinoamericana.

DE REGRESO. "Quería 6 meses libres para leer, escribir, escuchar jazz y tomarse unos whiskies tranquilo", recuerda Silva sobre su amigo Cortázar.


ULTIMOS RETRATOS DE UN GENIO. Todavía no está previsto que la muestra de Muchnik llegue a Buenos Aires. En el verano europeo de 1983, los amigos de un angustiado Cortázar le pedían que no se quedara solo.

EN PRIMER PLANO, junto a dos guardias civiles y un paisano de Segovia con su burro, el día del cumpleaños número 69 del escritor.


ROLES INVERTIDOS. El editor retrató al autor de Rayuela mientras jugaba con una vieja cámara. Estaba flaco y enfermo. "Estoy muy harto de mi cuerpo, Mario-, le dijo Cortázar a Muchnik en enero.- La verdad es que estoy bastante desesperado".

JUNTO A DOS GUARDIAS CIVILES, el día que regresó a su lugar en el mundo, París. No se sobreponía a la muerte de su última mujer, Carol Dunlop.
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SERIO. La leucemia avanzaba, entonces no estaba seguro del diagnóstico. Sin embargo, llevo consigo a Segovia una vieja máquina de escribir Hermes Baby.

Picasso poeta

Por primera vez se publican los poemas de Pablo Picasso en español. Los poemas del genio malagueño editados originariamente en francés, acaban de ser traducidos al castellano en una antología bajo el título Poemas en prosa. "Se puede escribir una pintura con palabras, como es posible pintar sensaciones con un poema", los versos libres fueron escritos entre 1935 y 1959. El artista malagueño llegó a escribir más de 350 poemas y tres obras de teatro. Su predilección por la poesía lo llevó a declarar alguna vez que se sentía una especie de poeta "malogrado" por la pintura. La nota lo explica:

Picasso empezó a escribir a partir de 1935, cuando a sus 54 años y meses antes de que estallase la Guerra Civil española tuvo a su hija Maya con Marie-Thérèse Walter y comenzó una relación con la fotógrafa surrealista Dora Maar, mientras su esposa, Olga Koklova, pedía el divorcio, que nunca conseguiría.En esta época, en la que Marie-Thérèse y Dora fueron las musas para su pincel, fue cuando el pintor creó la serie Minotauromaquia, aguafuertes sobre el minotauro y lo taurino, que influyeron en el bocetaje del afamado Guernica (1937).Picasso, sin dar la espalda a las artes visuales, amarró el lápiz y la tinta china -como un poeta de haiku- para escribir estos versos de rima libre escritos en francés o español o en las dos lenguas a la vez.Su "corpus literario" fue fructífero. Escribió más de trescientos cincuenta poemas y tres obras de teatro entre 1935 y 1959, año en el que se fechó su último texto conocido.Las palabras en francés, español y en inglés que a veces se colaban en sus textos no se aprecia en esta primera edición monolingüe en español, que fueron publicados por vez primera en francés y reeditados en 1989 por la prestigiosa editorial Gallimard bajo el título de Poèmes.El pintor, que incluso llegó a presumir de esta edición de Gallimard, confesó, en los años 60, a su amigo el fotógrafo argentino Roberto Otero: "En el fondo, soy un poeta que se malogró. 'No te parece?".Pero Picasso se mofó, a pesar de todo, de que se lo llegase a considerar "un escritor", aunque siempre defendió el carácter híbrido del artista. "Las artes se reducen a una sola: se puede escribir una pintura con palabras, del mismo modo que es posible pintar sensaciones con un poema", solía decir.La madre del artista tampoco se sorprendió de su inclinación por los versos. Ya en su lecho de muerte, sentenció: "Me dicen que escribes. Te creo capaz de cualquier cosa. Si un día me dijeran que has oficiado una misa, también me lo creería".
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Una muestra:

Espejo en tu marco de corcho
tirado al mar entre las olas
no ves solo el relámpago
el cielo
y las nubes
con tu boca abierta
dispuesta a tragarse el sol
más si un pájaro pasa
y por un instante vive en tu mirada al instante
se queda sin ojos caído
al mar ciego
y qué carcajadas
en ese preciso momento
brotan las olas

4 de noviembre de 1935

Top 100


Alejado esta semana de la blogósfera, dejé de postear algunas noticas que creo son de interés. Así que, adelante.

Esta semana se dio a conocer la lista de los 100 personajes más influyentes de la cultura latinoamericana, la votación en Internet fue promovida por la cadena Antena 3 Internacional y la Organización Capital Americana de la Cultura. "Brasil fue el país con mayor cantidad de personajes citados (14), seguido por México (12) y la Argentina (10). Más atrás quedaron Colombia (9), Perú (7), Venezuela (6) y Uruguay (2)". Además el sitio web de la organización puso a disposición de los lectores las biografías online del centenar de figuras destacadas. Lo que me sorprende es que Mario Vargas Llosa queda relegado al puesto 68, mucho después de, por ejemplo, Coelho. Así son las listas. Aquí algunos nombres:

1) Pablo Neruda
2) Gabriel García Márquez
3) Vinicius de Moraes
4) Octavio Paz
5) Andrés Bello
6) Jorge Luis Borges
7) Rubén Darío
8) Rómulo Gallegos
9) Gabriela Mistral
10) Simón Bolívar
11) Miguel Ángel Asturias
16) Alejo Carpentier
18) Augusto Roa Bastos
27) Jorge Amado
35) José Martí
41) Julio Cortázar
57) Domingo Faustino Sarmiento
64) Paulo Coelho
65) Juan Carlos Onetti
68) Mario Vargas Llosa
76) Juana Inés de la Cruz
97) Jorge Icaza Coronel

05 noviembre, 2008

El primer finalista o el primero de los perdedores


No puedo decir que la noticia no me sorprendió, pero sí, que me alegra. El escritor Iván Thays fue nombrado primer finalista por el jurado del XXVI Premio Herralde de Novela, concedido por la editorial Anagrama. El ganador absoluto ha sido el mexicano Daniel Sada. Así informó la prensa:

El peruano Iván Thays resultó hoy finalista del XXVI Premio Herralde de Novela, concedido por la editorial Anagrama, con la novela Un lugar llamado Oreja de Perro.El máximo galardón, dotado con un premio de 18 mil euros, fue para la novela Casi nunca, del escritor y periodista mexicano Daniel Sada.Thays se declaró “muy orgulloso de compartir podio con Sada” y aseguró que le llevó ocho años escribir este trabajo, “durante los cuales aprendí al final algo” y es que “todos vivimos en algún momento en un lugar como Oreja de Perro”.Un lugar llamado Oreja de Perro es un pueblo peruano que existe y que fue destruido en los años 80, durante el terrorismo.Thays, nacido en Lima en 1968, es autor del libro de cuentos Las fotografías de Frances Farmer ; así como de las novelas Escena de caza, El viaje interior y La disciplina de la vanidad . Obtuvo el premio Príncip Claus 2000 por su contribución cultural.Las otras tres obras seleccionadas finalistas que optaron al premio entre un total de 244 originales recibidos por Anagrama fueron el argentino Carlos Busqued ( Bajo este sol tremendo ), el mexicano Tryno Maldonado ( Temporada de caza para el león negro ) y el español José Morella ( Asuntos propios ).Anagrama destacó “la alta calidad literaria de las otras tres obras seleccionadas, de autores de edad inferior a los 40 años, muy poco conocidos y que se presentaron con su primera o segunda novela”.

Por su parte, el crítico Gustavo Faverón dijo:

La novela de Iván, Un lugar llamado Oreja de Perro, cuenta una historia que ocurre en un escenario real, Oreja de Perro, en los alrededores del Apurimac, en Ayacucho, y está ambientada en los años de la violencia política. El hilo conductor de su argumento en la voz de un periodista limeño que es enviado a la zona de emergencia, y en sus planos se cruzan reflexiones sociales con una historia más bien intimista.(Por si acaso: no he leído el manuscrito, de modo que estos datos podrían ser demasiado gruesos o estar equivocados).La próxima aparición de esta novela de Iván cierra más de media década de silencio creativo y abre, ojalá, otro periodo de presencia constante en librerías: además de Un lugar llamado Oreja de Perro, Iván tiene ya otra novela concluida y esperamos que no pase mucho antes de que ambas lleguen a sus lectores.

El mismo Thays, se expresó a través de su blog y colgó -para los interesados- las palabras que dijo en la premiación:

Un reconocimiento literario, cualquiera que sea éste (incluso uno tan prestigioso como ser finalista del premio Herralde o, como subraya con precisión enciclopédica un comentarista anónimo del blog "Puente Aéreo" : "ser el primero de los perdedores"), es solo un motivo para que los amigos y los familiares celebren. No significa nada más: ni el comienzo de una brillante carrera ni el pináculo de otra. No voy a mentir que para mí regresar a la literatura después de 8 años de ausencia con un libro en España, y en una editorial como Anagrama, significa una simpática patadita en el culo a todos los anónimos que desde hace años sentenciaron mi muerte literaria y que me han calificado en blogs-basura de cuarentón fracasado (recién hace 15 días cumplí los 40), casi calvo, mediocre, recurseador literario y estafador de talleristas, dedicado a bloggear y no a escribir, etc. etc. Pero sobre todo, significa estrechar en un enormísimo abrazo a todos los amigos que jamás perdieron la fe en mí como escritor, y siempre insisitieron en que yo debía seguir luchando por terminar esa novela que me estaba costando demasiado corregir porque implicaba demasiadas cosas personales (aunque no es autobiográfica, felizmente). Publicar en España, en un sello que admiro como Anagrama y en una situación beneficiosa como la de ser finalista, es un privilegio. Pero lo realmente importante es que el libro existe, que un largo proceso de interiorización ha terminado y que se cierra un ciclo donde he aprendido mucho sobre mí aún contra mí mismo.(...) mi nueva novela, que a diferencia de la anterior me salió de un tirón y me entusiasma mucho cómo quedó la primera versión.
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Nota: Este post debió publicarse hace cinco días (Errores técnicos). Sin embargo, igual lo posteo.