30 noviembre, 2008

Edgardo Rivera Martínez entrevistado


En el mismo diario, aparece una entrevista a Edgardo Rivera Martínez a propósito de su nueva novela Diario de Santa María (Alfaguara), que se presentará en la 29ª Feria del Libro Ricardo Palma el martes 9 de diciembre a las 8.30 pm. Aquí un extracto de la entrevista. Despertar del deseo

¿Cómo llegó a la idea de "Diario de Santa María"?
No recuerdo cómo llegué a la idea central, pero no es un argumento sobre tiempos lejanos. Tiene que ver con el diálogo intercultural, con el erotismo en esa edad cuando las jovencitas pasan de la adolescencia a la juventud, pues la novela transcurre en un internado de monjas, que se inspira en uno que hubo a comienzos del siglo pasado, pero este es totalmente imaginado.

¿Fue difícil escribir teniendo como voz protagónica a una mujer?
La verdad que no, pero por supuesto tuve en cuenta que quien se expresa en el diario es una voz femenina, una adolescente que entra a la juventud. Supongo que fue una cosa de imaginación, de mi experiencia y trato con mujeres de todas las edades a lo largo de mi vida. Logré todo esto en medio de un clima poético, lírico si se quiere, como pasa en toda mi producción narrativa.

¿Usted es creyente?
Soy agnóstico.

¿En qué han cambiado sus hábitos como escritor en la actualidad?
Mira, mi primera novela, "País de Jauja", la escribí en dos años, en época del terrorismo, entre el 91 y el 93, estrenando una computadora. Y es una novela con un final feliz que a mí me alegró el ánimo. La segunda novela también y aunque en algunos de mis cuentos pueden resultar elegíacos o melancólicos, en mis novelas prima más bien una actitud positiva ante la vida.

¿Cómo hace, escribe todos los días, toma notas?
Yo no trabajo a partir de un plano. Yo comienzo a partir de unas ideas que he imaginado y poco a poco eso se plasma en una escritura. Luego la someto a correcciones, ligeros cambios de rumbo, hasta llegar al final.

¿Tiene manías de escritor?
La verdad que no, depende de mis otras preocupaciones. Por lo general escribo en las tardes, hasta las 7 de la noche. En la época de la máquina de escribir me era bastante difícil culminar un proyecto porque corregir, rehacer una página, era muy trabajoso. La computadora ahora me facilita ese trabajo.
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¿A quiénes relee?
A Marcel Proust, al Quijote. Entre los peruanos vuelvo siempre a Vallejo, con el cual tengo una gran identificación, Eguren en menor medida. Y releo a autores que son distantes a lo que hago, como Ricardo Palma, constatando cuánto del lenguaje que este autor usaba ha desaparecido.

Volviendo la vista hacia sus raíces andinas, ¿con quién se queda: con Arguedas o con Alegría?
Creo que con los dos, aunque un poco más con Arguedas. Pero cada uno de ellos, con su visión, tuvo su momento, aunque Arguedas estaba más compenetrado con el mundo andino.

¿De qué tratan las novelas que viene escribiendo?
Tengo dos novelas, aunque trabajo más en una que en otra. Ambas son muy diferentes. El título provisional de una es "A la luz del amanecer", y de la otra es "Casa de cristal". No podría decir más.

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