27 agosto, 2010

Autobombo 1


Aunque no soy partidario de esto, lo haré. El lunes fui premiado como finalista del II CONCURSO NACIONAL DE CUENTO “PREMIO FELIZH-2010”. La antología Monsieur Wylie y ocho cuentos en busca de autor (Bisagra Editores, 2010) reúne los cuentos ganadores y los finalistas, y entre ellos "Las hojas caen siempre en otoño", mi cuento. Aunque actualmente no creo que se pueda conseguir el libro, ya que se está vendiendo en la II Feria del Libro Zona Huancayo, estoy seguro de que Bisagra Editores tendrá un stand en la Feria Ricardo Palma. Hasta aquí este autobombo.

26 agosto, 2010

Lo nuevo de Eco

Pasaron siete años y cinco libros desde la última novela de Umberto Eco. Ahora se termina la espera. El cementerio de Praga (Lumen) narra la historia del capitán Simonini, un piamontés radicado en París que se gana la vida falsificando documentos. En El cementerio de Praga aparecen Freud, Garibaldi y el Capitán Dreyfus. Umberto Eco vuelve con una novela que promete impactar :


Simonini no recuerda bien quién es, pero siguiendo los consejos del propio Sigmund Freud, con quién solía compartir la mesa en el restaurante diez años antes, decide poner por escrito su vida. Eco narra, a través del protagonista de la novela, su propia y particular visión de la historia europea del siglo XIX .

El gestor de la unificación italiana Giuseppe Garibaldi, el capitán del ejército francés Alfred Dreyfus y el mismísimo padre del psicoanálisis confluyen en el relato de Eco, que vuelve a repetir algunas estrategias narrativas de sus ficciones anteriores. Se trata, de hecho, de una novela anclada en el pasado, pero con reminiscencias al presente. En su anterior novela La misteriosa llama de la Reina Loana , el protagonista, Yambo, debía ­como Simonini en El cementerio de Praga ­ recuperar y preservar su identidad.

La flamante novela de Eco incluye, además, ilustraciones, como las que solían vestir los folletines decimonónicos. "Es una novela folletinesca donde todos los personajes, excepto el protagonista, existieron realmente", señaló el autor en un comunicado difundido por la editorial.

Entre esos personajes se halla incluso el abuelo de Eco, quien fuera responsable de una misteriosa carta al abad Barruel que ­según el autor­ desencadenó el antisemitismo moderno.

¿Volverá Eco a conquistar el favor del público? El nombre de la rosa fue un best seller mundial y los números de las ventas también lo acompañaron en El péndulo de Foucault , Baudolino y en toda su obra ensayística; razones suficientes para ser optimista.

Por eso, acaso, es que Eco cree que la novela será un éxito entre dos grandes grupos de lectores.

El primero es aquel que ignora la literatura del siglo XIX y que desconoce que ciertos acontecimientos históricos de finales del XIX y principios del XX relatados en ella en verdad sucedieron. Es el grupo "que se ha tomado en serio incluso a Dan Brown y que disfrutará algo sádicamente de una invención perversa, incluyendo la figura del protagonista", opinó el autor.

El segundo grupo de lectores al que Eco apuesta está compuesto por los que conocen la historia "y que de pronto notan gotas de sudor en la frente, se giran para ver si hay alguien a sus espaldas, encienden todas las luces de la casa y sospechan que eso podría volver a pasar".

La semana pasada, la editorial Lumen publicó Nadie acabará con los libros , un conjunto de diálogos entre Eco y el guionista francés Jean-Claude Carrière. El libro es una encendida defensa de los libros impresos en detrimento de los soportes electrónicos en boga. El cementerio de Praga puede ser, ahora, su mejor alegato.

18 agosto, 2010

El otro Borges

El traductor y editor Jean Pierre Bernès habla sobre Borges y causa revuelo. Ahora, quien trabajara codo a codo con Borges en la edición de sus Obras Completas en la colección La Pléiade, acaba de publicar J.L Borges: La Vie Commence (J.L. Borges: La Vida Comienza) un relato de 115 páginas sobre su amistad con el autor. El francés se sienta en su morada de Arcachon, al sudoeste de Francia a contar detalles del libro.Bernes cuenta que el autor era poco modesto y feliz y que le habló de una juventud con alcohol y drogas.Un Borges desconocido, en la memoria de uno de sus editores:


"Era un hombre feliz, gracias a los libros. No era un atormentado. En Ginebra, pocos días antes de morir, me dijo riéndose: '¡Qué razón tenía Quevedo, cuando dice en un poema que la vida comienza con sollozos y con caca.

Y así también termina', me dijo Borges entre risas".

Bernès subraya su vínculo con el escritor. "Me condenó a ser su memoria", afirma. "Su última frase para mí, poco antes de morir, fue 'gracias por todo, usted me ayudó a morir en literatura.

No tengo nada para legarle, pero lo condeno a ser la memoria de Borges'".

El traductor conoció a Borges una tarde porteña de 1975, "en un jardín lleno de aires de tango y jacarandaes en flor", cuando Bernès había sido nombrado agregado cultural de la Embajada de Francia en Buenos Aires.

A dicho encuentro, Bernès llamó "el más importante de mi vida" además de describirlo como "lleno de complicidad inmediata" entre él, Borges, Bioy Casares y Silvina Ocampo. "Siempre estaban jugando, riéndose, inventando apodos crueles. Yo los llamé 'les enfants terribles'", dijo.

¿Qué pensaba Borges de sí mismo? "Ninguna falsa modestia", dice con una sonrisa cómplice Bernès. "Una vez que pasaba revista a la literatura universal, le pregunté: 'Y en la lengua española, entre Cervantes y usted, ¿a quién incluiría?' Me miró y me respondió: 'Creo que la lista no sería muy larga'".

El editor aseguró también que Borges tuvo una vida alternativa, una juventud en la que tomaba alcohol y se drogaba. "Me habló un poco de eso. Estoy escribiendo ahora, pero son cosas muy privadas, las publicaré después. Me contó tantas cosas..." Bernès se refirió a la reedición de las Obras Completas de Borges en La Pléiade, que le causó una disputa legal con María Kodama: "Sólo sé que Borges estaría muy contento. Cuando entró en La Pléiade, me dijo: '¡Por fin voy a codearme con mis amigos!' ¿Quiénes eran? 'Montaigne, Dante, Shakespeare y Cervantes', me contestó".

Sobre los conflictos con la viuda, silencio: "Ya no quiero decir ni una sola palabra sobre Kodama", advirtió Bernès. Y dejó trascender que está escribiendo otro libro donde "contaré muchas cosas", pero que ése lo publicará "sólo después de muerto".

¿Más libros? Sí. El traductor deja claro que posee material inagotable sobre el escritor, mucho del cual aún está por publicarse.

Mientras tanto ahora, en esa casa del sudoeste de Francia, Bernès cuenta anécdotas sobre su amigo. Anécdotas que de alguna manera apoyan su trabajo.

"Siempre me decía que no se sabía nada de la intimidad de Dante, de Shakespeare, de Cervantes, pero que quería que se supiera de él", dice Bernès.

"Decía que la gente pensaba que había escrito ficciones, pero que en realidad su obra era autobiográfica, por lo que para comprenderlo, había que conocerlo. "Por eso me decía que tomara notas, que escribiera".

11 agosto, 2010

Thomas Mann: Relatos completos

En esta primera aparición en castellano de sus relatos completos se observa su trabajo sobre la prosa, el punto de vista y la obsesión por los detalles reveladores.La larga frase de la perfección:

No siempre fue fácil distinguir la grandeza de lo breve. Tiempo atrás las grandes novelas eran, en su mayoría, largas novelas. Si el autor era grande, también la obra. En un ensayo sobre el cuentista Antón Chéjov, escrito en su típico tono confesional, Thomas Mann se planteaba esta pregunta a los casi ochenta años, al constatar que no guardaba ningún recuerdo sobre el día de la muerte del celebrado narrador ruso, que había ocurrido en Alemania medio siglo atrás.

¿Por qué? Thomas Mann reconocía entonces que desde muy joven su fascinación se había depositado siempre en los grandes creadores como Tolstoi, Goethe, Wagner.

En las obras extensas, sudadas, producto de un largo trabajo tortuoso. Sólo con los años, confesaba en ese texto poco antes de su muerte, había aprendido a valorar la intensidad artística de la concisión. Y sin embargo, nunca dejó de escribir narraciones cortas, durante toda su vida.

Estas narraciones están hoy reunidas en una edición completa de sus cuentos, publicada recientemente por la editorial Edhasa.

Pero en este caso la palabra cuento puede resultar confusa, acaso demasiado breve. En esta primera aparición en castellano de sus relatos completos, también fueron incluidas las nouvelles que junto con las novelas mayores forjaron la fama del autor, como "La muerte en Venecia", "La engañada", "Mario y el mago", "Las cabezas trocadas".

Los editores decidieron recoger traducciones ya existentes que mantienen un buen equilibrio entre clasicismo en el lenguaje y elección moderna de vocabulario.

Además, entre los traductores cuentan con dos de lujo: el escritor español Francisco Ayala y el peruano Juan José del Solar, que ha dedicado su vida a la literatura alemana y fue premiado más de una vez por sus trabajos.

Autor precoz, hermano del también novelista Heinrich Mann, hijo de una Alemania que se forjaba en el nacionalismo creciente, Thomas Mann es considerado hoy uno de los genios del siglo XX. En su opción férrea por los parámetros del realismo hurgó siempre en la propia vida como material de escritura, en las contradicciones de la alta burguesía a la que pertenecía y en sus experiencias personales y familiares.

Su gran escalpelo fue la ironía, un arma que le permitió seguir perteneciendo siempre, aferrarse a su clase y a su tradición a pesar de lo que más tarde vendría: la nube negra del nazismo. Si bien ante la Primera Guerra Mundial dio su apoyo a la posición belicista alemana, para principios de los años treinta ya había puesto su ojo crítico sobre los nazis, lo que le valió amenazas y provocó su exilio en Suiza. En ese entonces, Mann ya era mundialmente famoso. Había ganado el Premio Nobel y viajado por distintos países.

Una noche, en una conferencia sobre Wagner en Berlín, pudo escapar apenas de los agentes encubiertos de Goebbels; más tarde recibió amenazas, hasta un ejemplar quemado de su famosa primera novela, Los Buddenbrook.

En esa vida dedicada plenamente a la literatura, el papel de los relatos que acompañaban sus grandes obras fue cambiando con el correr de los años. Esta primera edición completa en castellano, ordenada cronológicamente, es una buena muestra de esta transformación. Sin embargo, una de las ventajas de las antologías es que son libros con muchas puertas. Se puede entrar por el principio, por lo último, al azar.

En este volumen de casi mil páginas, una de esas puertas es la nouvelle de "Tonio Kröger". Así, muchos personajes de sus primeros cuentos, como el contrahecho que se enamora aunque sabe de su destino de soledad, el devoto que se ofende por la poca castidad de un cuadro, el joven condenado a no ser más que un payaso, quedan descifrados bajo la respuesta que Tonio Kröger se da en 1903 a una pregunta acuciante: soy raro, soy un descastado. ¿Esto qué significa? Significa que soy un artista.

A estos grandes retratos en breve se suman el de una mujer rusa, nada atractiva, que a los ojos del narrador acaba siéndolo; el de un niño prodigio que toca el piano, donde Mann parece adelantarse a las técnicas del punto de vista que vendrán poco después en autores como James Joyce y Virginia Woolf.

Entre sus piezas especialmente autobiográficas hay varias reunidas en esta colección, cada una de ellas una joya: "Señor y perro", "Desorden y dolor precoz" y la famosa "Mario y el mago", interpretada como una rápida toma de posición de Thomas Mann contra el nacionalsocialismo.

Sus investigaciones sobre los sentimientos, que son desdoblados, plegados y vueltos a desplegar, se asemejan a la sintaxis de las largas frases. Porque nada es lo que parece a primera vista, siempre hay un último doblez, también en las caras. En sus fisonomías puntillosas, que por momentos desafían la paciencia del lector, Thomas Mann ya había descubierto el gran misterio encerrado en los detalles. Pensemos en la sonrisa del escritor Spinell, protagonista de "Tristán", una exquisita anticipación de La mon
taña mágica . El escritor Spinell sonríe, y bajo las capas de toda la corrección burguesa de su amor muestra sus dientes, profundamente cariados
.