18 agosto, 2010

El otro Borges

El traductor y editor Jean Pierre Bernès habla sobre Borges y causa revuelo. Ahora, quien trabajara codo a codo con Borges en la edición de sus Obras Completas en la colección La Pléiade, acaba de publicar J.L Borges: La Vie Commence (J.L. Borges: La Vida Comienza) un relato de 115 páginas sobre su amistad con el autor. El francés se sienta en su morada de Arcachon, al sudoeste de Francia a contar detalles del libro.Bernes cuenta que el autor era poco modesto y feliz y que le habló de una juventud con alcohol y drogas.Un Borges desconocido, en la memoria de uno de sus editores:


"Era un hombre feliz, gracias a los libros. No era un atormentado. En Ginebra, pocos días antes de morir, me dijo riéndose: '¡Qué razón tenía Quevedo, cuando dice en un poema que la vida comienza con sollozos y con caca.

Y así también termina', me dijo Borges entre risas".

Bernès subraya su vínculo con el escritor. "Me condenó a ser su memoria", afirma. "Su última frase para mí, poco antes de morir, fue 'gracias por todo, usted me ayudó a morir en literatura.

No tengo nada para legarle, pero lo condeno a ser la memoria de Borges'".

El traductor conoció a Borges una tarde porteña de 1975, "en un jardín lleno de aires de tango y jacarandaes en flor", cuando Bernès había sido nombrado agregado cultural de la Embajada de Francia en Buenos Aires.

A dicho encuentro, Bernès llamó "el más importante de mi vida" además de describirlo como "lleno de complicidad inmediata" entre él, Borges, Bioy Casares y Silvina Ocampo. "Siempre estaban jugando, riéndose, inventando apodos crueles. Yo los llamé 'les enfants terribles'", dijo.

¿Qué pensaba Borges de sí mismo? "Ninguna falsa modestia", dice con una sonrisa cómplice Bernès. "Una vez que pasaba revista a la literatura universal, le pregunté: 'Y en la lengua española, entre Cervantes y usted, ¿a quién incluiría?' Me miró y me respondió: 'Creo que la lista no sería muy larga'".

El editor aseguró también que Borges tuvo una vida alternativa, una juventud en la que tomaba alcohol y se drogaba. "Me habló un poco de eso. Estoy escribiendo ahora, pero son cosas muy privadas, las publicaré después. Me contó tantas cosas..." Bernès se refirió a la reedición de las Obras Completas de Borges en La Pléiade, que le causó una disputa legal con María Kodama: "Sólo sé que Borges estaría muy contento. Cuando entró en La Pléiade, me dijo: '¡Por fin voy a codearme con mis amigos!' ¿Quiénes eran? 'Montaigne, Dante, Shakespeare y Cervantes', me contestó".

Sobre los conflictos con la viuda, silencio: "Ya no quiero decir ni una sola palabra sobre Kodama", advirtió Bernès. Y dejó trascender que está escribiendo otro libro donde "contaré muchas cosas", pero que ése lo publicará "sólo después de muerto".

¿Más libros? Sí. El traductor deja claro que posee material inagotable sobre el escritor, mucho del cual aún está por publicarse.

Mientras tanto ahora, en esa casa del sudoeste de Francia, Bernès cuenta anécdotas sobre su amigo. Anécdotas que de alguna manera apoyan su trabajo.

"Siempre me decía que no se sabía nada de la intimidad de Dante, de Shakespeare, de Cervantes, pero que quería que se supiera de él", dice Bernès.

"Decía que la gente pensaba que había escrito ficciones, pero que en realidad su obra era autobiográfica, por lo que para comprenderlo, había que conocerlo. "Por eso me decía que tomara notas, que escribiera".

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