02 marzo, 2008

Reflexiones sobre la educación

La educación como coexistencia


María Marta Pajuelo, en El Dominical, nos da unas reflexiones acerca de la Educación y su vínculo con la sociedad. Del importante rol que debe cumplir éste último y algunas reflexiones más.

El artículo dice: Platón y Aristóteles vincularon la educación con la política o ciencia del estado. La finalidad era formar hombres buenos, que actuaran noblemente. Aristóteles desde su Liceo y Platón desde su Academia enseñan. Algunos empeñados en conocer la verdad se asocian con espíritus más maduros para iniciar el camino hacia ella en un diálogo fecundo.Creemos que esta es la más auténtica y perdurable concepción de la educación, un proceso de comunicación en el que todos aprendemos y todos enseñamos. Es interesante reflexionar cómo la academia de Platón constituía una corporación de maestros y alumnos, quienes a través de la investigación y la enseñanza se empeñaban en descubrir la verdad filosófica, científica y pedagógica. La educación, en su concepción esencial, no ha cambiado. Lo que han cambiado son las circunstancias de la vida social y los esfuerzos en la solución de los problemas creados por lo que se ha llamado la dicotomía del género humano, traducida en la presunta existencia de "grupos superiores" y "grupos inferiores" de personas. El resultado de esto es una creciente deshumanización. Hay que recordar lo que significa en nuestros pueblos el traslado de una sociedad estable de tipo agrario con tradiciones y valores establecidos a una moderna, ansiosa de captar los avances de la tecnología. Esto agudiza los desequilibrios y frustraciones. Los pueblos no se resignan ya al subdesarrollo educativo, pues saben que la generalización de la enseñanza significa no solo desarrollo económico, sino también repercute en la movilidad social.¿Cuál es el sentido de la educación actual? Durante los últimos veinte años se ha centrado la atención en la expansión cuantitativa de la enseñanza, la democratización de la educación, la diversificación estructural de los sistemas educativos, la modernización de los contenidos y métodos. Aparte de que estos problemas no han sido resueltos satisfactoriamente, es necesario considerar el sentido profundo que reviste la educación en el mundo contemporáneo y su responsabilidad en la preparación de las generaciones futuras, frente al acecho de la violencia, de la degeneración del medio ambiente, del resurgimiento de posiciones totalitarias supuestamente superadas, etcétera. Al respecto, debemos apoyarnos firmemente en las conclusiones de la Comisión Faure de UNESCO de 1972, que es lo más acertado que se conoce.En este enfoque la educación aspira a coexistir con la comunidad de manera integral y tiene la duración de la vida del individuo. Sin dejar de ser enseñado, el hombre evoluciona cada vez más hacia la autodidaxia: es cada vez más sujeto que objeto de la educación. Es obvio que a la escuela no le será posible afrontar sola las funciones educativas de la sociedad. Por ello las instituciones religiosas y civiles, la municipalidad, la industria, la administración, los medios de comunicación y la comunidad nacional tienen que ser entes educativos. La ciudad misma tiene que ser escuela de ciudadanía y de solidaridad. El estudio de los modos indirectos de adquisición de conocimientos debe ser profundizado. La multiplicidad de opciones que la necesidad y la demanda exigen a las instituciones existentes constituyen fuertes impulsos para la generalización real de la educación. Se trata, en realidad, de un proceso de compenetración íntima de la educación con lo social, económico y político; con la familia, la vida cívica y religiosa. La educación permanente se constituiría en plan rector de las políticas educativas del futuro. Actualmente ya se reconoce que es necesario adoptar fórmulas distintas al sistema escolar. En realidad, se requiere de una verdadera estrategia de alternativas. Debe facilitarse la reconversión profesional. En este campo, la movilidad deber ser óptima. Es tendencia actual que la preparación técnica no sea solo problema de la escuela sino de las empresas, estableciéndose una cooperación saludable entre educadores, empresarios, trabajadores y autoridades educativas La finalidad debe ser la investigación y la formación de personal especializado. En lo concerniente a la preparación para el trabajo, no solo hay que adiestrar a la juventud para tareas determinadas, sino ayudarla a adaptarse a diferentes campos de acuerdo con la evolución de la economía y las condiciones laborales.
La educación superior debe orientarse hacia el desarrollo de múltiples instituciones capaces de responder a necesidades colectivas e individuales, con acceso no solo a estudiantes, sino a graduados y a personas con anhelos de perfeccionamiento, y destinadas a la formación, la especialización y la investigación científica.Hemos trazado un cuadro en que coincide la vida con la escuela y en la que aquella adquiere su verdadera dimensión e importancia. En esta concepción, como hemos afirmado antes, están las tendencias que significan, en esencia, la introducción de la democracia en la vida educativa; que satisfacen íntimos anhelos de perfeccionamiento del hombre en su camino hacia Dios; y que elevan a la educación al nivel de coexistencia.Pero debemos repetir aquí que ningún tipo de educación debe prescindir del concepto de una formación integral del hombre. Debe considerarse que la educación religiosa no es un elemento más, sino que tiene un carácter totalizador, que armoniza y perfecciona la educación del hombre y lo ayuda a conseguir la madurez de su personalidad y sus fines trascendentes.

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