Jean-Marie Gustave Le Clézio. Fuente: lemonde.fr
Como era de suponer, no tardaron las reacciones de todo tipo frente al premio. Hay las positivas, las ácidas, las mortuorias... Empecemos por las favorables:
El presidente francés, Nicolás Sarkozy, se manifestó feliz por "la recompensa más prestigiosa que un escritor pueda recibir". A través de un comunicado, Sarkozy le envió al escritor la felicitación "en nombre de todos los franceses, por el premio que honra a Francia, la lengua francesa y la francofonía". La Academia de Estocolmo "agregó el nombre de Jean-Marie Le Clézio a la lista de los 13 escritores franceses que lo precedieron en la historia de las letras del mundo", subrayó Sarkozy. "Es un ciudadano del mundo, hijo de todos los continentes y de todas las culturas. Gran viajero, encarna la difusión de Francia, de su cultura y de sus valores en un mundo globalizado", indicó el mandatario francés. El autor catalán Juan Goytisolo expresó, por su parte, que si bien a veces los premios "son muy discutibles", "en este caso es muy merecido". "He respetado siempre su figura y su obra. Me alegro mucho de que el Nobel haya recaído en él", valoraba el escritor desde su casa de Marraquech, donde Goytisolo ha tenido ocasión de tratar "un par de veces" a Le Clézio. "Es una persona muy agradable, muy simpática y nada engreída". La editorial Gallimard, en tanto, que publicó la más reciente novela de Le Clézio, Ritournelle de la fair (algo así como: Salmodia del hambre), reaccionó sorprendida. "Tenemos a varios grandes autores bajo contrato. Esta fue una grandiosa sorpresa". Por su parte, Alfred Noe, especialista en literatura del Instituto de Lenguas Románicas de Viena, aseguró estar sorprendido del galardón concedido a Le Clézio, tras subrayar que el autor galo es un representante de la "nueva novela" al estilo de Claude Simon.
Las ácidas críticas provienen del crítico chileno Camilo Marks. Disparen contra el Nobel:
"Le Clézio será olvidado dos años y es una lata (aburrido) como todos los escritores franceses del noveau roman y de esa época", afirmó el teórico chileno Camilo Marks, crítico del diario El Mercurio, en declaraciones radio Cooperativa. El especialista precisó que tras leer algunas obras de Le Clézio, entre ellos El diluvio y El éxtasis material, ve en su escritura "poco argumento" y "una visión de personas desarraigadas que están alienadas en una sociedad mecanizada o muy urbana y consumista, entonces se refugia en la textura de lo místico". "Se fija en la tipografía, cambia las letras, el tamaño, incluso la textura de las páginas es distinta, por ahí va la cosa", añadió. Preguntado por el escaso conocimiento que existe en Chile acerca del autor francés, Marks consideró que ello se debe al hecho de que en su país, "nadie es conocido, porque en Chile no se lee". "Aquí (en Chile) el libro no está en vías de extinción, sino que se extinguió, se acabó", subrayó el también abogado, que en la época de la dictadura defendió a víctimas de violaciones a los derechos humanos. Para Marks el Nobel es comparable al Oscar del cine, porque "siempre son noticia". En su opinión, así como el Oscar le fue negado a grandes artistas, como Charles Chaplin o Greta Garbo y lo han recibido muchos otros sin trascendencia, de los 110 ganadores del NobeL, "hay 80 que no lo merecían". Entre ellos, citó al "polaco Henryk Sienkiewicz, el sueco Eyvind Johnson, y la italiana Grazia Deledda". "Es gente que no los conocían ni en su casa, ni en su casa para el desayuno cuando se los dieron. A este señor (Le Clézio) lo van a olvidar, olvidar, en dos años más", concluyó el polémico periodista.
Sin embargo hay otros que piensan que estamos ante un premio "flojo" como lo demuestra el post que acaba de publicar Jean Francoise Fogel:
Como siempre, lo mejor que se puede hacer es leer es el blog de Pierre Assouline si uno quiere entender cuál es la presencia de Jean Marie Gustave Le Clézio en las letras francesas. Está y no está. Todos lo hemos visto caminar más o menos entre la calle Sébastien-Bottin, sede de las ediciones Gallimard, y St Germain des Près. Es un hombre hermoso, un poco inalcanzable. No habla, tal como lo cuenta Assouline. No huye de los medios de comunicación y tampoco parece estar cómodo con ellos. El jueves, después del anuncio de su premio, su conferencia de prensa fue algo limitada. Se puede resumir en pocas palabras: su patria es la cultura francesa pero su verdadera patria es la isla Mauricio. "Mi mensaje es claro -explicó- hay que seguir leyendo novelas porque son un gran sistema para entender el mundo, un modelo que no es esquemático y que por eso permite hacerse preguntas." (...) Los temas de Le Clézio se pueden describir como la relación entre el hombre y su entorno. Después de empezar mostrando una gran influencia del nouveau roman (en El atestado) se ha convertido en un autor blando. Como no tiene enemigos, sólo hay personas que notan de manera discreta su falta de potencia tanto en el fondo como en la forma: buenos sentimientos, respeto por todos, malestar frente a la violencia de la civilización industrial, prosa limpia. Un autor para el ecologista culto. El blog literario de The Guardian de ayer fue el primero el describir a un ganador flojo, pero lo hizo volviendo a la polémica entre EE. UU. y la academia sueca sobre la pobre dimensión universal de los escritores americanos. Pasa algo con esta polémica pues el pobre The New York Times vacila en su cobertura del premio.
Por su parte, Gustavo Faverón en su blog dice lo siguiente:
Le Clezio ha escrito estudios de carácter histórico e incluso casi antropológico sobre México, país que es, por decirlo de algún modo, su pasión y su segunda patria, además de haber traducido Las relaciones de Michoacán y algunos de los libros que conforman el corpus del Chilam Balam. Es también uno de los varios intelectuales en la lista del Nobel que siguen apoyando a Fidel Castro: escribe laudatoriamente sobre su régimen, condona sus pecados, contribuye a la leyenda del Che Guevara, y tiene una tendencia similar a mitificar a ciertas figuras del imaginario socialista latinoamericano en Europa.(...) La premiación de Le Clezio, sin embargo, no deja de ser interesante desde otro punto de vista: hace ya varios años que es lugar común hablar, creo que con apresuramiento e incluso algo de saña (las pequeñas venganzas de la periferia), de la decadencia de la literatura y de la intelectualidad francesa en general. Creo que ese juicio, que pasa por alto la influencia supérstite del postestructuralismo y el postmodernismo, suele perder de vista, además, acaso el fenómeno más interesante de la cultura francesa en las últimas varias décadas.Me refiero a la creciente toma del centro del establishment francés por parte de intelectuales que provienen de las antiguas colonias francófonas, de migrantes de otros países que escriben en Francia y en francés, o provenientes de minorías religiosas. Una lista rápida: Derrida era un judío sefardí nacido en Argelia; Helene Cixous también es argelina de padres judíos; Bernard-Henri Lévy es asimismo argelino y también judío, como lo era el parisino George Perec; Jonathan Littel, la última sensación de la novela francesa, es un norteamericano de New York; Michel Houellebecq es originario de la isla Réunion, al este de Madagascar; Youssef Rzouga es tunecino; Amin Maalouf es libanés; Julia Kristeva es búlgara, y la lista es mucho más larga.Así que la renovada visibilidad de Le Clezio puede ser leída también como una cifra de la vida inusitada de esa otra literatura francesa, la menos eurocéntrica, la del influjo postcolonial, la que encuentra muchas de sus explicaciones teóricas, dicho sea de paso, en la obra de otro francófono, el filósofo caribeño (de Martinica) Frantz Fanon. Fanon hablaba de la paradoja postcolonial: la del intelectual que tiene que recurrir a los discursos de la metrópoli para sustentar las ideas de su propia liberación: algo de eso debe de haber en la emergencia de toda esta otra literatura francesa.
Lo más desatinado de esta premiación fue que a los minutos de que la academia publicara el nombre del reciente Nobel, la enciclopedia 'on line' Wikipedia lo dio por muerto hasta en dos ocasiones pocos minutos después de que se conociera la noticia del galardón. Esas falacias lamentablemente son posibles en una web que es muy permisible a dichos cambios, aunque ahora haya colocado un mensaje de advertencia:
"Al conocer la noticia, debido a la sorpresa, sufrió un infarto de miocardio y fue ingresado en estado crítico en el Hospital Charles de Gaulle de París, donde falleció pasadas las 13 de la tarde", explicaba Wikipedia cuando pasaban diez minutos del anuncio del galardón. En una primera ocasión, Wikipedia señalaba únicamente que Le Clézio había muerto en el hospital por la sorpresa de conocer que había sido galardonado con el Nobel. Pocos minutos después de retirar esta información, en la enciclopedia volvió a publicarse el supuesto fallecimiento del escritor, pero esta vez añadiendo las condolencias del jefe de Estado francés. "El presidente Nicolas Sarkozy ha expresado sus condolencias por el fallecimiento a la familia del escritor francés", indicaba la enciclopedia 'on line'. Pocos minutos después, la noticia de la supuesta muerte de Le Clézio fue retirada definitivamente. En los acontecimientos en curso, Wikipedia suele incluir un apartado en el que subraya que toda la información que se vaya publicando es "susceptible a cambios" y pide "por favor" que los usuarios no añadan "información especulativa" y que recuerden "colocar referencias a fuentes publicadas para dar más detalles". Las informaciones antes mencionadas respecto al galardonado se añadieron en la enciclopedia 'on line' antes de que se introdujera la advertencia a los usuarios.
Si hoy desean ver aquel error les diré que Wikipedia ha eliminado cualquier información sobre Le Clézio.
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Actualización [11-10-08]: Le Clézio en Laberinto (suplemento cultural de Milenio): La magia y el oro y Hotel de la soledad
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