20 agosto, 2011

Crítica a las "críticas (o reseñas)"

Revoto aquí lo que Gustavo Faverón publicó en su blog. En él, reproduce el post que el poeta José Carlos Yrigoyen publicó en su blog bajo el título "Crítica raquítica". Yrigoyen despotrica contra los "actuales reseñadores literarios de la prensa limeña" y su falta de "crítica" para enjuiciar los libros que les llegan a sus manos. JCY analiza duramente el panorama actual de los medios escritos y su falta de compromiso para que un país (tan mentado ya) como el nuestro de "analfabetos funcionales" puede elevar su nivel de lectura.
Además, lanza certeros dardos contra El Comercio y su otrora sección cultural El Dominical (hoy de espaldas a la literatura). Contra la desaparición impasible de espacios para la crítica literaria en  los diarios (ej. Correo), o  contra la sección de libros de la revista Caretas a manos de José Donayre Hoefken. De este último dirá: "Todas ellas (sus críticas) son decididamente entusiastas: jamás entablan una sola atingencia a los libros sometidos a su escrutinio".
La nostalgia de Yrigoyen se manifiesta al evocar las críticas de Ricardo González Vigil y también al recordar las reseñas aparecidas en Somos. Por esto último, se desató una polémica con el conocido periodista cultural Enrique Sánchez Hernani que recomiendo leer.
La modesta conclusión que puedo sacar es mas bien un pedido: Los lectores necesitan de buenas críticas (y también los escritores). Una crítica que enjuicie tu obra en su real dimensión no hace otra cosa que situar al escritor en su realidad. La crítica (siempre) favorable o condecendiente solo lo obnubila. Lo mismo que al lector. Si hablamos de reseñas, esta no solo se puede limitar a brindarnos "de qué trata el libro". Debe enjuiciarlo. Al menos calificarlo o precisar sus aciertos y también carencias.
Se sabe que los espacios literarios cada vez son menores (por no decir que agonizan) en la prensa local. El internet es un paliativo que cada vez se torna una necesidad para difundir juicios veraces (y también los hay absurdos). Pero me asalta una pregunta: Tan difícil es publicar mensualmente un suplemento dedicado a la literatura peruana? Si los diarios no pueden (o no quieren, por sus motivaciones económicas). Acaso no es labor del Estado (tenemos un Ministerio de Cultura?) proveer un espacio para nuestra literatura y no solo para la ya afamada gastronomía. Y la Cámara Peruana del Libro no puede hacer un esfuerzo en sacar un boletín quincenal al menos? Ahí les lancé la bola. O de nadie es competencia y tendremos que acostumbrarnos a políticas culturales tipo Ferrando: "ofrecer lo que le gusta a la gente para poder recabar más plata", como dice Yrigoyen.

1 comentario:

Anónimo dijo...
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