28 mayo, 2008

La tumba de Shakespeare será reparada ¿y la maldición?

Iglesia de la Santa Trinidad de en Stratford-upon-Avon

El mensaje de su lápida reza: "Bendito sea el hombre que cuide estas piedras. Y maldito sea aquel que mueva mis huesos". La iglesia de la Santa Trinidad de en Stratford-upon-Avon en la ciudad natal del dramaturgo, está siendo restaurada pero a pesar de la maldición que reza en la lápida del dramaturgo, pues sus restos descansan hace cuatro siglos allí, la tumba del Cisne de Avon será restaurada, claro, sin tocar los huesos.

Dice la nota: [EFE; ANSA; DPA] Reparen la tumba, pero no toquen los huesos: ésta parece ser la orden de trabajo para los arquitectos que contemplan reparar la deteriorada tumba de William Shakespeare (1564-1616) dentro de la iglesia anglicana de la Santa Trinidad en Stratford-upon-Avon, su ciudad natal.

Muchos piensan que fue el mismo Shakespeare quien escribió la amenaza que aparece inscrita en su tumba: "Bendito sea el hombre que cuide estas piedras. Y maldito sea aquel que mueva mis huesos''. El dramaturgo, que fue bautizado allí en 1564 y enterrado en esa misma iglesia 52 años más tarde, habría ideado el epitafio para su tumba según la mayoría de las opiniones.

Pero las piedras sobre al tumba han comenzado a quebrarse después de cuatro siglos de pisadas de clérigos y visitantes, que inevitablemente fueron dejando sus marcas.

"Nosotros recibimos 100.000 turistas al año, pero desde hace mucho tiempo ellos no caminan sobre las piedras'', dijo Josephine Walker, portavoz del grupo Amigos de Shakespeare en la iglesia. "Pero el clero tiene que hacerlo cuando oficia comunión, y las piedras se están resquebrajando. Queremos limpiar las superficies muy cuidadosamente y gradualmente añadir un poco de lechada transparente para facilitar la adhesión. Entonces lo que vamos a hacer es mover la baranda del altar, para que cuando los clérigos oficien comunión no tengan que pisar las piedras''.

La "maldición", sin embargo, impidió por siglos que la tumba fuera movida de lugar. Algo que tampoco se hará en esta oportunidad, a pesar del deterioro y la erosión que sufrió la lápida por el paso del tiempo.

Ian Stainburn, de la firma de arquitectos Stainburn Taylor, a cargo de las tareas de reparación de la Iglesia, seguró que los huesos de Shakespeare "no serán molestados. Evitaremos la maldición –afirmó-. No vamos a levantar las piedras, no vamos a excavar y el mensaje se refiere a los huesos enterrados, así que es irrelevante en este trabajo''.

Las tareas de restauración son delicadas, porque la Iglesia de la Santa Trinidad, a 160 kilómetros al norte de Londres, no sólo es un templo en funciones, sino también un tesoro histórico nacional que recibe a visitantes de todo el mundo.

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