Fuente: revistañ
Es la conclusión a la que llegó una investigación del Centro Nacional para la Educación y la Investigación de la Lectura de Noruega. Según el estudio, leer en formato digital influye en la forma de disfrutar de una obra literaria, hasta el punto de impedir la participación de todos los sentidos que sí se consigue con los libros en formato de papel (Al leer esto me arden los ojos , lo demás no se mueve). La nota lo explica:
Existen varios estudios que demuestran que no se lee de la misma forma ante la computadora que frente al papel, pero ninguno había abundado en su relación con el contenido de la obra. Anne Mangen, la autora del estudio difundido por el Centro Nacional para la Educación y la Investigación de la Lectura de Noruega, destaca la importancia de la intangibilidad del soporte digital. La separación del texto de su soporte físico lleva a una lectura superficial: "Este modo de leer viene mejor para unos propósitos, como consultar los horarios del tren o leer periódicos, que para otros, como una novela o un complejo ensayo filosófico", explica.Esto se debe, en primer lugar, a la ausencia de lo físico. El hecho de pasar las páginas de papel influye en la lectura. En un trabajo previo, realizado por Thierry Morineau y Caroline Blanche y publicado en el International Journal of Human-Computer Studies, se sometió a dos grupos de personas a la lectura de textos tanto en papel como en libro electrónico.Su conclusión fue que los lectores comprendían más información y en menor tiempo ante el papel que ante el soporte electrónico. En cuanto el humor, había una correlación entre la puntuación y el soporte del texto.La razón es, según Mangen, porque toda lectura es multisensorial. Ante un libro, las manos y los dedos son también importantes. Es lo que se conoce como percepción háptica, la participación de todos los sentidos en la captación de los estímulos del exterior. Mientras, la pantalla anima a una lectura tangencial. Como explica Mangen, "es una forma de leer tipo escáner, por encima, superficial".Mangen sí cree, en todo caso, que sería más fácil leer El Código da Vinci que El Quijote en una computadora. "Obras como la de Dan Brown u otras que se leen de un tirón, donde hay poca resistencia al lenguaje, son más fáciles que las novelas más complejas, que requieren un mayor grado de concentración".En esto, Mangen coincide con anteriores estudios en el campo de la psicología cognitiva: "Contrariamente a lo que se pueda pensar, cuanto más exigente es una tarea cognitiva, como leer una novela experimental, menos capaces somos de resistirnos a las distracciones", añade.¿Serían entonces los formatos digitales perjudiciales en la escuela? La autora del estudio responde con mucha cautela. Cree que para saberlo, antes habría que definir de qué formato se está hablando y qué se quiere enseñar o cómo. "Con todo, entre muchos investigadores hay una tendencia a quedar fascinados de forma acrítica con las innovaciones tecnológicas que dejan en el aire cuestiones sobre si pueden tener consecuencias negativas para la enseñanza a corto plazo y, lo que es más importante, a largo plazo".
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