13 noviembre, 2009

Reeditan "La hermana de Eloísa" de Borges

Una de las obras de Antonio Seguí que ilustran esta lujosa edición española. Fuente: revistañ

"La hermana de Eloísa", que escribió con Luisa Mercedes Levinson. La primera y única edición data de 1955. Carlos Pérez Miguez es el director del Centro de Editores y ha declarado: "No es inédito, pero casi. En castellano se publicó una sola vez y es muy difícil encontrar ahora una creación de Borges que apenas se editó". Añadió, en conversación con Clarín, que "La hermana de Eloísa es extenso para publicarse en un diario y al ser un solo cuento no se puede editar como un libro normal. Por eso hemos optado por hacer un libro para bibliófilos, para el público que quiere a los libros", precisó. Reeditan en España un cuento de Borges con dibujos de Antonio Seguí:

La hermana de Eloísa" es un cuento muy poco difundido que, hace cincuenta años, escribieron Jorge Luis Borges y Luisa Mercedes Levinson. Se publicó en 1955, junto a dos relatos de Borges y otros dos de Levinson, y después no volvió a editarse ni siquiera en las obras completas del gran autor argentino. Hoy se presenta en España una edición para bibliófilos, con ilustraciones de Antonio Seguí, y todas las características de una joya bibliográfica que cuesta lo suyo: 330 euros. (...) "Este libro, que se hace en homenaje a Borges al cumplirse 110 años de su nacimiento, lo presentaremos en el mismo momento en que se inaugura una exposición que incluye los originales de las ilustraciones, fotografías tomadas a Borges por diversos fotógrafos, libros de Seguí, documentación sobre la realización del libro y demás", señaló Pérez Miguez.Es interesante reproducir el comienzo del relato: "Habían pasado unos 15 años, pero cuando Jiménez me dijo que había tenido que ir a Burzaco para planear la edificación de un chalet por cuenta de un tal Antonio Ferrari, mi primer pensamiento fue para Eloísa Ferrari, cuya imagen de pronto surgió ante mí, inmediata y casi dolorosa. Sólo después pude sorprenderme de que aquel excelente don Antonio, que pasaba la vida en el café proyectando negocios vagos y vanos, hubiera conseguido, al fin, redondear la suma que significa la construcción de la casa propia. El hecho me resultó tan insólito que, para no pensar algo peor, pensé en una herencia. Jiménez, mientras tanto, seguía explicándome que se trataba de un gran chalet y que los Ferrari eran muy exigentes. Por lo pronto, no íbamos a repetir en Burzaco el tipo 14 de bungaló californiano, ni el 5 en piedra de Mar del Plata, que, innumerablemente multiplicados, ya conoce y acaso habita el lector. Jiménez, mi socio, era constructor; la obra exigía un arquitecto. (...)". El acontecimiento permite evocar a una escritora y a una personalidad fascinante como Mercedes Levinson (1904-1988). Levinson empezó a escribir teatro antes de los diez años. Estudió arpa, se interesó por la mitología germánica, escribió para las revistas El Hogar, Atlántida y Leoplán. En 1951 publicó su primer libro: la novela La casa de los Felipes. En estos días, su hija, la escritora Luisa Valenzuela, contó a la prensa que recordaba "las risas de Borges y mi madre mientras escribían". Valenzuela era una adolescente: "De vez en cuando me preguntaban si no estarían siendo demasiado kitsch o si tenía sentido una expresión como 'bustos ecuestres'".

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