15 noviembre, 2009

Centenario de Ciro Alegría


En el centenario de su nacimiento, Ciro Alegría sigue vigente en nuestra literatura. Mario Vargas Llosa lo proclamó como “nuestro primer novelista clásico”. Su gran novela El mundo es ancho y ajeno es una de la obras capitales de nuestra narrativa. Ricardo González Vigil ha publicado hoy un artículo a propósito. Aquí se los dejo:

Ciro Alegría nació hace cien años, un 4 de noviembre de 1909. Sus tres novelas más famosas: “La serpiente de oro” (1935), “Los perros hambrientos” (1939) y “El mundo es ancho y ajeno” (1941) siguen agotando ediciones. Han sido traducidas a varios idiomas, son estudiadas por especialistas peruanos y extranjeros y concitan continuamente el interés de los lectores. La vigencia de Alegría tiene que ver con su condición de clásico de la narrativa peruana. Pocos días después de su fallecimiento, acaecido el 17 de febrero de 1967, Mario Vargas Llosa lo proclamó “nuestro primer novelista clásico”.

Presente e ineludible
Un clásico es un autor que se vuelve referencia permanente en una tradición literaria, incluso para los que lo niegan o minusvaloran. La función mayor de un clásico consiste en formar parte de las lecturas significativas de un escritor en ciernes. Así les ocurrió con Alegría a dos narradores ) relevantes de nuestra literatura actual, Miguel Gutiérrez y Rodolfo Hinostroza, según testimonio propio en el IV Encuentro de Narradores Peruanos (Cajamarca del 4 al 7 de noviembre).

Palpitante actualidad
El conocido poeta Marco Martos, presidente de la Academia Peruana de la Lengua, en su conferencia magistral en el encuentro cajamarquino, subrayó la actualidad de la temática de las tres novelas mencionadas. Así, la “Serpiente de oro” responde a la célebre novela “La vorágine” (1924) del colombiano José E. Rivera, con un homenaje al esfuerzo humano para no dejarse aplastar por la naturaleza. “Se los tragó la selva”, concluye “La vorágine” mientras que Alegría resalta el esfuerzo armonizado con los ciclos naturales y evita el peligro, tan actual, de que los depredadores humanos colapsen el planeta (una naturaleza tragada por el hombre). El tema de la sequía de “Los perros hambrientos” es cada vez más un problema mayor, por el cambio climático y la explosión demográfica. Finalmente, el despojo que sufren las comunidades indígenas, inmortalizado por “El mundo es ancho y ajeno”, tampoco ha caducado.

Transculturización narrativa
La composición artística de sus obras merece, también, ser apreciada como una gran contribución en la etapa fundadora de la “nueva narrativa hispanoamericana” (años 1920-1960). Esa etapa fue una superación del lenguaje narrativo decimonónico, forjado por maestros europeos del siglo XIX y ligado al realismo regionalista. Se instaló un nuevo lenguaje narrativo que, en una de sus corrientes fundamentales, daría forma al realismo maravilloso. El reconocimiento de Alegría entre los fundadores de la nueva narrativa hispanoamericana es una tarea pendiente.

El triunfo del escritor
Especialmente perjudicial para la obra de Alegría fue la opinión del uruguayo Emir Rodríguez Monegal, el crítico más influyente del “boom” de los sesenta y de gran peso en el “canon” de la nueva novela hispanoamericana. Sostuvo que el uruguayo Juan Carlos Onetti (nacido también en 1909), fue víctima de la “mala suerte” cuando su libro “Tiempo de abrazar” perdió frente a “El mundo es ancho y ajeno”, en 1941, en el concurso más importante realizado hasta entonces para las novelas hispanoamericanas, a cargo de una editorial de Nueva York. Prejuiciosamente, Rodríguez Monegal atribuyó el triunfo de Alegría sobre Onetti a que este resultaba un innovador difícilmente asimilable a lo que el jurado neoyorquino esperaba de una novela hispanoamericana: temática regionalista y color “pintoresco”. Uno de los miembros del jurado era el gran novelista norteamericano John Dos Passos (quien sabía español). Dos Passos elogió la riqueza técnica de Ciro Alegría y su alta calidad lírica.

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