22 junio, 2009

Las mujeres de Hemingway

Hemingway y su tercera esposa, Pauline Pfeiffer.


Fotos y documentos de las relaciones de Ernest Hemingway con sus esposas, amantes y secretarias se exhiben en una de las exposiciones presentadas en el XII Coloquio Internacional sobre la figura del escritor norteamericano que comenzó el jueves pasado en La Habana. Las mujeres de Hemingway son la gran atracción de un encuentro internacional sobre el escritor en Cuba


La muestra reúne fotos, documentos y objetos que estarán expuestos todo el año en la famosa habitación 511 del Hotel "Ambos Mundos" de la capital cubana, donde Hemingway vivió en la década del treinta. Las imágenes de Agnes Von Korowsky, la enfermera que fue su primer amor e inspiró la novela Adiós a las armas, comparten espacio con las fotografías de sus esposas Hadley Richardson, Marta Gelhorn, Pauline Pfeiffer y Mary Welsh, y de algunas de sus amantes como la cubana Leopoldina. Imágenes de De Gelhorn, quien fue escritora y periodista y la primera esposa con la que el Nobel de Literatura convivió en la isla, se exponen algunos objetos personales y libros dedicados a Hemingway. También se exhiben cartas de Welsh, su cuarta y última esposa; un telegrama de la canadiense Jane Mason, que fue amante del escritor en La Habana en los años treinta; y un libro de poemas de la italiana Adriana Ivancich, otro de sus amores. En su libro de memorias La torre blanca, Adriana publicó fragmentos de cartas de Hemingway, quien se refería a ella como "mi amor último y verdadero". Además le escribía, "No soy un escritor lo bastante bueno como para poder decirte todo lo que te echo de menos". Adriana en tanto reflexiona en su obra: "A menudo tuve la impresión de estar junto a un jovenzuelo. A veces me daban ganas de protegerlo contra sí mismo". Gianfranco Ivancich, el hermano de la amante de Hemingway, "defendió la idea de que tuvieron un amor platónico. Pero yo creo que por la forma en que plasma en su obra a Renata, el alter ego de Adriana, es más que eso. Yo creo que fue un amor apasionado y tierno, si no fue carnal", opinó -ante la consulta de la agencia ANSA- Ada Rosa Alfonso, directora de la casa museo Hemingway . Sin embargo, uno de los personajes más atractivos de la muestra es Leopoldina, la prostituta cubana que Hemingway dejó reflejada en su libro "Islas en el Golfo" y que conoció en el bar "Floridita" de La Habana. "Es un tema muy carismático. Todos los visitantes quieren conocer cuántas mujeres tuvo Hemingway", explicó a Efe Esperanza García, a cargo del patrimonio del escritor en el Hotel "Ambos Mundos". Según la especialista, los turistas que visitan la habitación siempre "le achacan un romance nuevo" al autor de El Viejo y el mar. "Si llega un japonés, dice que Hemingway se enamoró en Japón. Si es un finlandés, también le busca novias en su país", añadió García. La muestra ha sido completada con el patrimonio que atesora la Casa Museo Hemingway en "Finca Vigía", ubicada en las afueras de La Habana, y donde el escritor vivió largas temporadas desde 1939 hasta poco antes de su muerte.

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