Pronto llevará otra ilustración. Aún la espero.
28 julio, 2011
"El abogado del circo"
Pronto llevará otra ilustración. Aún la espero.
23 julio, 2011
La FIL- Lima
Pero como toda primera vez, hay algo que no sale como sugieren el deseo o la fantasía. El flamante Premio Nobel de Literatura que tiene el Perú no estará aquí para inaugurar la Feria, como sí estuvo en la de Buenos Aires, en abril. En los pasillos decían que ya está, que andaban medio empalagados de tanto Nobel, que Vargas Llosa cumplió con creces su cuota peruana. Sin embargo, ahí está, en la Zona de Entretenimiento, protagonizando un juego que se llama “Concéntrate con Mario Vargas Llosa” y que consiste en un gigantesco panel de bloques móviles igualito a los de programas de juegos televisivos.
Pero ayer la inauguración tuvo, como es de rigor, apurones y discursos. Los discursos tuvieron el tono acostumbrado, con promesas de fomento a lectura y a la alfabetización de parte de las autoridades locales y de los representantes chavistas (recuerden: Venezuela es el país invitado y el presidente Chávez es un gran lector, según se encargó de recordar Christian Valles, presidenta del Centro Nacional del Libro de Venezuela).
Más allá de la presencia, durante las dos semanas que dura la Feria, de escritores como el chileno Jorge Edwards, la mexicana Margo Glantz o el colombiano Juan Gabriel Vázquez, por citar a los más taquilleros, la representación argentina no será menor. Cuenta con un stand propio en el que se destacan Ernesto Sabato, Jorge Luis Borges, Roberto Arlt, Julio Cortázar, Juan Gelman y Silvina Ocampo. Pero sólo en las gigantografías. Los ejemplares de muestra que enviaron la Cámara Argentina del Libro y la Cancillería están lejos de ser lo más representativo de nuestra narrativa. Hay un Diccionario de Latín Jurídico, otro Marítimo, mucho libro de educación y pedagogía, y hasta algo de gastronomía. Pero literatura, poco y nada, más allá de algunos títulos infantiles.
Como contrapartida, invitados por la Cámara Peruana del Libro vendrán Marcelo Birmajer, Sergio Langer, Washington Cucurto, Luis Corbacho (toda una celebridad aquí desde las épocas en que fue pareja de Jaime Bayly), Pablo Bernasconi, Daniel Freidenberg y Miguel Vitagliano. La cámara también organizó un homenaje a Tomás Eloy Martínez y otro a Carlos Trillo . Por estas latitudes la historieta tiene muchos seguidores, como se ve apenas ingresar al predio, tapizado por stands dedicados al género y donde, oh sorpresa, no lo acaparan todo los grandes grupos editoriales multinacionales.
Fuente: Revista Ñ
06 julio, 2011
Cuenta 140
El tema de esta semana es LAS GAFAS DE SOL.
Los microrrelatos que se presenten no tienen que tener título. Tampoco tiene por qué aparecer la palabra o palabras del tema, en este caso "Las gafas de sol". El microrrelato ha de tener relación con el tema.
Para participar lo único que tienes que hacer es escribir tu mail, tu nombre y un microrrelato que no supere los 140 caracteres con espacios en el apartado Comentar ahora, antes del próximo jueves 7 de julio a las 23:59.
El ganador de esta semana será premiado con el libro Contigo aprendí (Planeta),, de la escritora y periodista Silvia Grijalba, una obra muy alejada de sus registros habituales (el underground y la contracultura), que le ha valido el Premio de Novela Fernando Lara 2011.
04 julio, 2011
Franz Kafka:"Mis dibujos no son imágenes, sino una escritura privada"
(Puedes ver aquí una fotogalería de algunos de los dibujos de Kafka)
Hemingway, a 50 años
“El río de dos corazones” pertenece a la serie de cuentos de Nick Adams, personaje que comparte muchos rasgos de Hemingway mismo. Los cuentos de Nick están dispersos en diversos volúmenes, porque Hemingway los fue escribiendo a lo largo su vida (Salinger, gran admirador de Hemingway, haría con su Seymour Glass algo muy parecido). Ernest y Nick crecen juntos: en el primero de la serie, “Campamento indio” lo conocemos de cinco años, junto a su padre, siendo testigo de los parejos milagros del nacimiento y de la muerte; en el último, “Un día de espera” Nick es padre, y es su hijo el que se enfrenta a lo que, cree, es su muerte inevitable. En el medio, los amores juveniles, la errancia y las amistades del camino, la experiencia traumática de la guerra. Y un cuento fundamental, que hace posible la literatura policial estadounidense: “Los asesinos” (“La espera” de Borges bien podría ser una reescritura de este cuento). Junto con otros cuentos inolvidables y perfectos como “Las nieves del Kilimanjaro”, “La corta vida feliz de Francis Macomber”, “Colinas como blancos elefantes”, “Un lugar limpio y bien iluminado”, son su legado más durable.
Como muchos antes y después de él, Hemingway se hizo famoso por sus novelas pero quedará en el presente vivo de la literatura por sus cuentos. Sus novelas enseñan a vivir, llenan a sus lectores de furor imitativo: queremos desesperadamente tomar mojitos en la Bodeguita del Medio, correr los toros en Pamplona, cazar búfalos en Africa o morir ametralladora en mano en la Guerra civil española. Algunas de estas opciones son inalcanzables; otras lo serán pronto: los tiempos del mundo son mucho más cortos que los de la literatura. El mundo, de todos modos, se empecina en parecerse a las novelas de Hemingway: en París, es un must ir a tomarse un calvados en el Bar Hemingway y los safari-tours africanos prometen “la auténtica experiencia Hemingway”.
De Por quién doblan las campanas queda una de las escenas más memorables de la literatura: aquella en la cual los republicanos toman el pueblo y ejecutan a los fascistas, sometiéndolos a una manteada sangrienta que culmina en un salto al vacío. Cada uno de los fascistas es cuidadosamente individualizado por Pilar, la narradora (es una guerra civil: víctimas y victimarios son todos del mismo pueblo) para luego ser definido por lo que para Hemingway y los estoicos era la prueba decisiva de la entereza de un hombre (género masculino, se entiende): la actitud con que enfrenta a la muerte. En esta escena la ecuanimidad moral del autor va de la mano con la astucia estética: Hemingway, republicano por sus ideas y por el compromiso de su acción, decide pintar el espanto de la guerra civil mostrando las atrocidades cometidas por los de su lado. Luego, para dar cuenta de las cometidas por el lado contrario, le basta con una oración de su Pilar: “fue el peor día de mi vida hasta ese otro […] cuando los fascistas tomaron el pueblo”.
Algunos escritores localizan la escritura en el alma; otros en cerebro; algunos en el corazón, otros en las tripas o los testículos. Hemingway descubrió que el lugar de su escritura estaba en los músculos. Por eso, su manera favorita de referirse a la escritura desmañada o débil era con palabras como blanda, grasosa, floja. Cuando sintió que su cuerpo y su escritura se habían vuelto fofos sin remedio, se voló la tapa de los sesos.
Javier Reverte, hace unos días, también se sumó a la evocación por los 50 años del suicidio de Hemingway en su texto Nunca derrotado
Por su parte, el escritor cubano Leonardo Padura autor de 'Adiós, Hemingway', se ocupa de los misteriosos azares de una muerte a la que no habría sido ajena el FBI en Los misterios del escritor